Nym está pidiéndole a Alex la llave de tu habitación. Va hacia ti, le diré a los demás.

─Elisa escóndete, viene por ti.

Sin pensarlo dos veces se metió en el baño.

Santi saco el arma, reviso el cargador. Y con los nervios a flor de punta espero a que llamara a la puerta.

Suspiro no una, varias veces.

Jasón y su equipo tomaron la recepción, les pidió a todos salir de inmediato si querían seguir con vida. Les ordeno a dos de sus hombres vigilar la recepción, tres fueron en dirección hacia el salón donde algunos estaban cenando.

─Jasón, hay que tomar el ascensor ─dijo José─. Él va hacia Elisa.

Ángel saco una fotografía de su hermana y le dio un beso antes de salir por esa puerta. Los nervios lo traicionaban, debía tranquilizarse o perdería la vida antes de jalar el gatillo.

Santi permaneció con los ojos bien abiertos, hasta que escucho la llave que entraba en la cerradura. Cuando la puerta se abrió lo vio, era alto y fuerte, su mirada serena estaba oculta en esa máscara victoriana color sangre.

─Caballero ¿verdad?

─Se le ofrece algo ─se había guardado el arma segundos antes.

─La chica, es lo que quiero.

─Está conmigo.

Entro, pero por alguna razón se detuvo. Lo miro de reojo.

─Pero yo la quiero para mí, solo por hoy ─hizo una señal y los dos hombres entraron─. Revisen la habitación ─luego fijo la mirada en el─. Evita hacer algo estúpido.

Cuando entraron en el baño escucho los gritos de Elisa.

─¡Suéltenme! ─Elisa era sacada con violencia. Uno de los hombres la tiro contra el suelo.

─Elisa ¿no es así? ─Nym se agacho para quitarle el antifaz─. No he olvidado tu voz, es más, esa silueta es inconfundible ─le dio una bofetada, Santi solo escuchaba el gemido de Elisa─. Llévensela. Y tú, porque no mejor me dices que están tramando.

─No sé de qué hablas ─no podía sacar el arma. Estaba en desventaja.

─Es mejor que me digas la verdad ─se acercó a Santi hasta quedar frente a frente.

Ángel salió de su habitación y apunto al tipo que tenía Elisa. Jalo el gatillo y le dio en el hombro, el tipo comenzó a gemir de dolor.

─¡Elisa corre al ascensor!

El tipo herido apunto a Elisa disparo pero no acertó.

Elisa corrió asustada hacia el ascensor, uno de los tipos iba detrás ella.

Ante los disparos Nym se puso al margen. Santi le apuntaba.

─No muevas ni un dedo.

─No tienes las agallas.

─Quien sabe, no me retes ─mostro aquella sonrisa llena de malicia.

─¿Crees que me asustas?

Los disparos continuaban.

Ángel escucho un disparo provenir de la habitación donde estaba Santi, cuando quiso entrar Nym lo empujo contra la pared con todas sus fuerzas haciendo que el arma se le cayera de las manos. El hombre huyo por el pasillo.

─Santi ¿Dónde estás? Santi...

Las puertas del ascensor se abrieron, Elisa sintió un alivio al ver a Jasón y sus hombres.

─¡Al suelo! ─grito Jasón. Elisa obedeció.

Jasón fue el primero en disparar.

─No te muevas a disparo.

El hombre saco un arma y apunto hacia Jasón.

─Hijo, baja el arma, estas atrapado.

De pronto algunas de las puertas se abrieron y salieron sujetos armados con armas largas.

Jasón disparo hacia el tipo que cayó al instante, de un golpe abrió una de las puerta y metió a Elisa.

─¡EQUIPO CUBRANSE!

Algunos se quedaron en el elevador mientras los demás disparaban a quemarropa.

─Señor, son muchos ─dijo uno de ellos.

─Tenemos ventaja, solo cúbranse.

─Entendido, señor.

─José mueve tu trasero aquí, el baile ha comenzado sin nosotros ─dijo molesto por el intercomunicador.

No puedo avanzar, la recepción ha sido tomada y el elevador esta fuera de mi alcance. ¿Qué sabes de Santi?

─No sé pero esto no me gusta nada.

─Señor, permiso para utilizar bomba de humo.

─Hazlo.

Elisa comenzó a llorar.

─Jasón, Santi estaba en la habitación con Nym. Todo ha salido mal, el me reconoció.

─Santi está en peligro.

Jasón imagino lo peor en ese preciso momento. Tomo una arma en cada mano, y salió por la puerta cuando los tipos comenzaban a recargar sus armas.

─Aquí estoy ─Santi salió del baño se volvió a colocar el antifaz y sonrió─. Mierda creo que todo salió mal.

─Nym escapo. Bueno está atrapado.

─Debe estar escondido en una de las habitaciones. Debemos ser cuidadosos ─volvió hacia el sofá, la pistola estaba en el suelo, gruño de dolor al recogerla.

─¿Estas bien?

─Si, solo me ha golpeado. Vamos, hay que sacarlo de su guarida.

─Le informare a Jasón que estas bien.

Santi se salió de la habitación y se recargo en la pared. El dolor era como una mordida de serpiente venenosa. Se llevó la mano al abdomen que sangraba lentamente.

«Rayos... para de sangrar por favor»

Frunció el ceño y se puso en marcha.

─¿Seguro que estas bien?

─Si, no pasa nada. Hay que buscarlo ─el solo caminar lo hacía doblar las piernas.

*Oa

Rincón Exquisito © (Editando)Where stories live. Discover now