Capitulo 2

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Se miró un instante en el espejo, aun tenia puesta las medias. Sonrió.

Era inevitable no pensar en su encuentro sexual, la forma en que la había tocado había sido distinta. Aquellos besos, aquellas caricias, todo, había sido tan intenso. Sus mejillas se avivaron de solo imaginarlo. Había estallado en un placentero orgasmo, uno que era totalmente único y lleno de placer; se había liado con un chico, uno joven. Pensó en él mientras se mordía el labio inferior. Su cuerpo aun lo necesitaba. Se abanicó con las manos pues ese calor intenso de nuevo esta allí.

Comenzó a buscarlo por el departamento, en el baño no estaba, ni en la otra habitación, ni mucho menos en el salón, el único lugar faltante era la cocina. Al entrar encontró sobre la mesa un desayuno recién preparado: Omelette con champiñones, un plato con dos rebanadas de pan tostado, justo alado un par de Hot Cakes esponjosos y un vaso con jugo de naranja. Desconcertada cogió una nota que estaba aún lado del vaso, con curiosidad la desdoblo y comenzó a leer.

Buen día: Alice.

Espero hayas despertado con una inmensa sonrisa. No puedo sacar de mi mente tu voz mientras liberabas intensos gemidos que me aferraban más y más a tu cuerpo. Eres Tan Exquisita.

Es inoportuno pero, probar tus labios me pone a mil, sentir tu lengua y percibir en la mía tu saliva es algo muy erótico para mí. Sé que será desconcertante todo lo que he dicho, sin embargo, así soy.

Me tengo que marchar, aún tengo pendientes por entregar y no quiero que me llames la atención. Lo de anoche fue en verdad maravilloso, único, jamás imagine tener sexo contigo. Con mi jefa.

ADIOS

P.D.1: Me gusta tu perfume.

P.D.2: Espero disfrutes el desayuno.

P.D.3: Soy sensato, sé que no se volverá a repetir, así que, hare como que nada de esto sucedió.

Aquella sonrisa en su rostro se desvaneció. Era desconcertante lo que había escrito pero aun así, le había fascinado su sinceridad tan explícita al decir que no sacaba de su mente su voz, sus labios su lengua, y su saliva. Era la primera vez que alguien le decía algo parecido. Se acarició los labios imaginando que estaba besando los suyos.

Por alguna razón ese "no se volverá a repetir" la desolaba, la hacía sentir un tanto afligida, pero era completamente cierto, no se volvería a repetir, ella continuaría su vida como si nada, era su jefa, ella también lo olvidaría.

«Es mejor así» pensó mientras daba un sorbo al jugo.

A las ocho cuarenta y cinco llego a la oficina, lo miro, por sus expresiones dedujo que estaba preocupado. Vio como fruncía el ceño mientras se llevaba una mano a la cabeza; sus miradas se encontraron, él reacciono como si nada, como si ella no estuviese allí. Ella desvió la mirada y continúo hasta llegar a su oficina. Sus problemas eran suyos y no se molestaría en prestarle la más mínima atención.

─¿Qué dijeron? ─pregunto Melissa al verlo tenso.

─La operación salió bien.

─¡Enserio! ─sonrió con alegría─. Entonces volverá a caminar.

─Aún es muy pronto para saberlo.

─Deberías estar alegre, al menos la operación fue exitosa.

─Lo estoy, el problema es que la operación fue más costosa de lo esperado.

─Pronto entregaras la portada de la revista, con eso puedes pagarlo.

Suspiro con desánimo─. Lo sé pero... el mes que viene debo pagarle a mi padre el préstamo que le hizo a mi abuelo y esto solo me retrasa.

─Tu padre debería entender-

Rincón Exquisito © (Editando)Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα