Capitulo 23

1.4K 129 7
                                    

¿Todo bien? ─pregunto Melissa al verlo entrar en la habitación.

Santi se froto las manos pues el frio se las había entumecido. Se acercó al pie de la cama donde estaba ella, la beso sin contenerse, necesitaba un beso que le devolviera ese calor a su cuerpo. Se acurruco en su cuello, Melissa se estremeció al sentir las comisuras de sus labios situarse en ese lugar, casi deja escapar un suspiro.

Pestañeo aturdida al encontrarse con esa mirada intensa. Tenía los ojos dilatados. Rodeo su cuello con su brazo y lo atrajo nuevamente a su boca, donde su lengua la esperaba.

La beso con ternura. Estaba poniéndose a mil, se tumbó a su lado, si continuaba se dejaría llevar por las emociones; quería quitarle la ropa y...

─¿Qué ocurre? ─pregunto con los labios hinchados.

─Nada ─con tranquilidad se quedó perplejo mirando sus ojos cafés, sus labios pequeños y luminosos ante su saliva.

─No tengo problema en ir lento.

─Pero tú... sé que quieres algo más, y, yo también, pero no sé cómo...

─Todo será a su tiempo. No tienes que preocuparte por eso ahora.

─No entiendes, quiero ser... tuya ─susurro.

Esa pequeña chica de mirada café comenzaba a cambiar. Tenía lo mejor del mundo entre sus brazos. La quería solo para él. La amaría con todo el alama, y si hubiese algo más que un infinito, lo haría.

─Eres perfecta, Melissa.

─Lo sé, y tú lo eres para mí. Te quiero mucho ─pego su frente a la suya─. ¿Podríamos hacer algo diferente?

─¿Algo diferente? ─comenzó acariciar sus labios con su dedo.

─Si... segunda base ─sus propias palabras la tomaron por sorpresa.

Suspiro mientras su corazón acelerado lo delataba.

─¿Sabes lo que es segunda base?

─Quiero sentir tus caricias...

Estaba decidida.

─Tengo una petición; si algo no te gusta, dímelo, por favor.

Ella asintió. Estaba perdida en esa mirada que la atraía con una fuerza tan voraz. Esa mirada atractiva estaba llena de seducción, pasión, pero había algo más, sus azules proyectaban algo más que ella no podía descifrar.

Se subió a horcajadas sobre ella, le sujeto las manos contra el colchón. Lamio uno de sus labios. Su lengua con tenacidad buscaba la suya, al encontrarla, la rodeo mientras partículas excitantes se esparcían por todo su cuerpo. Llevo su mano a un costado de su pecho y con el pulgar lo rozo por encima de la ropa.

No pudo aguantar más, metió la mano debajo de su playera, su piel era tersa y a la vez cálida. Llego a su sostén, todos los bellos del cuerpo se le erizaron.

Melissa sin darse cuenta comenzó a levantarle la playera, era un tanto torpe, al final él se la quitó. Embelesada aprecio su torso desnudo. Su mirada estaba clavada en la suya.

«¿En que estarás pensando?» se preguntó. Añoraba sus labios pero también tocarlo.

Con temor sus manos se posaron en su pecho, duro y atractivo. Bajo sus manos intuitivas recorriéndolo lentamente hasta llegar a su abdomen.

No es justo, soy el único desnudo.

─No estas desnudo.

─Tú me entiendes ─encogió los hombros.

Rincón Exquisito © (Editando)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang