«Te espero en mi oficina»
Melissa miraba a su amigo con el móvil.
─¿Pasa algo? ─le pregunto.
─No ─dejo el móvil a un lado y continuo con lo suyo. Volvió a vibrar una, tres veces más.
«Ven ahora»
─¿A dónde vas?
─Tengo que entregarle un reporte a la jefa.
─¿Reporte?
─Me ha encargado la publicidad de una asociación ambientalista.
─¿Y dónde está el reporte?
Tomo el USB de su bolsillo para justificar su pretexto─. Aquí.
Percibía su mirada llena de sospecha, pero sin darle importancia se marchó.
Llamo dos veces a la puerta, cuando ella se lo permitió, entro. Tomo asiento, ella tecleaba algo en el ordenador.
─Te he dicho que vinieras, no me hagas esperar ─dijo sin apartar la mirada. Era ágil con los dedos─. Cuando te diga "ven" lo tienes que hacer ¿entendido? ─vio aquellos labios encubarse en una leve sonrisa. Leve pero ardiente. Volvió a clavar la mirada en el ordenador─, ¿Por qué te ríes?
─Me causa gracia que quieras parecer exigente.
─Lo soy.
─Pero no demasiado, Jefa.
─No me llames así.
─Está bien, Jefecita.
─Tampoco.
─Entonces ¿cómo debo llamarte?
─Tu sabes...
Simulo desconcierto en su mirada─. ¿Adquisidora?
─No voy a caer en tus jueguitos.
─Por que no me miras a la cara ─sonrió con malicia, mientras lo hacía podía percibir el aroma de aquel perfume que tanto le gustaba─. Mírame ─ahora, era el quien daba las órdenes.
─Las adquisidoras no recibimos órdenes de los "activos"
Negó pero ella no lo vio─. Mírame.
─No.
─Entonces, iré hacia ti.
No había que pensarlo. Se levantó, rodeo el escritorio. Apoyo las manos en silla ejecutiva y la hizo girar. Solo un pequeño centímetro los separaba de sus rostros. Miro sus labios luego a esos ojos.
─¿Qué ocurre?
─N-nada ─parpadeaba nerviosa mientras esa mirada azul la estudiaba.
─Los activos estamos para complacerlas, nunca tenemos que obedecerles. Recuérdalo.
Le dio un beso fugaz. Y sin que eso fuera suficiente la beso con mucha más intensidad.
─Espera ─dijo apartándose de sus labios, aunque no era lo que quería, deseaba tener más tiempo para estar pegada a su boca, a sus labios─, alguien puede entrar.
─Eso lo hace más excitante.
─Toma asiento, por favor.
─¿Te gusto? ─pregunto mientras volvía a su sitio─. El beso, claro.
─No es un buen lugar para besarnos. Si nos ven puedo tener problemas.
─Te hice una pregunta ─espero por su respuesta pero esta nunca llego─. Tomare tu silencio como una negación de que no te gusto.
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Rincón Exquisito © (Editando)
RomanceElla: dura, antipática y mandona; la típica mujer 31 que se hace la fuerte ante la vida. Él: honesto, trabajador y soñador, el típico joven que lucha ante las adversidades que aparecen en su camino. Ella: hermosa, seductora y fría. El: apuesto, int...