El lunes ninguno de los dos hablo de aquel beso en la cocina. Y no es que fuese algo importante, al menos para él. El martes se encontró con Alice dentro del elevador, intercambiaron un par de palabras; ella nerviosa mientras miraba sus azules. Su jefa cambiaba, se mostraba diferente, al menos con él.
─Entonces...
─Debo pensarlo ─dijo el mientras miraba por la ventana de su oficina.
─Solo es un desayuno. Nada más ─se acomodó un mechón detrás de la oreja.
─No creo que sea buena idea, los demás nos verán juntos y pueden pensar ─se dio la vuelta. Su mirada era cálida.
─Si es por David no tengo por qué darle explicaciones ─aparto la mirada, la ponía nerviosa.
─Por él y por todos ─inhalo profundamente la fragancia de su perfume.
─¿Sí o no? responde.
Era tan bella aun cuando trataba de parecer molesta. El ceño fruncido y sus labios... labios tensos que formarían una agradable sonrisa si tan solo...
«Si tan solo consiguiera volver a tocar esos labios»
El tono de sus labios era de color durazno. Atractivos, demasiado exquisito para él. Se resistió a sus impulsos, no la besaría, por ninguna razón la tocaría.
Antes de salir volteo hacia ella, permanecía quieta detrás del escritorio esperando por su respuesta. Un sí o un no.
─Te estaré esperando en el estacionamiento ─dijo él.
─Espera.
─Estacionamiento. No tardes, Alice.
Cerró la puerta.
«¿Tan pronto?»
Con el corazón a mil saco de su bolso un pequeño espejo para mirar si necesitaba algo de maquillaje. Se froto los labios. Se volvió a mirar. Aquel calor otra vez allí, se dio cuenta de que estaba sonrojada. Algo que era muy inusual en ella.
─¿Cómo puedes ponerme así Santi? ─susurro.
Espero en silencio a que el semáforo le diera el paso. Mientras tanto observo a Santi que escribia un mensaje de texto.
─¿Tu... novia? ─dudo en preguntar.
─No tengo novia.
─La otra noche... te vi besando a esa chica ─apretó las manos en el volante.
─Era una amiga de Melissa.
─¿Entonces es tu amiga con derecho?
─No.
─¿Entonces?
Metió el móvil en el bolsillo.
─No es nada. Sus labios se me antojaron, aparecer los míos a ella, nos dios un beso y ya.
─Eso es inapropiado.
Fue inevitable no reírse.
─¿Inapropiado? Para mi es lo contrario, Alice.
─Para mi es repugnante ─lo contradijo─. Todos los miraban.
─Un beso es un beso. No voy limitarme solo porque a otros les parezca que no es correcto.
─Pobre chica, no tendría futuro con alguien como tú.
─¿Perdón? ─dejó de sonreír.
─Solo estabas jugando con ella ─observo sus facciones tensarse.
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Rincón Exquisito © (Editando)
RomanceElla: dura, antipática y mandona; la típica mujer 31 que se hace la fuerte ante la vida. Él: honesto, trabajador y soñador, el típico joven que lucha ante las adversidades que aparecen en su camino. Ella: hermosa, seductora y fría. El: apuesto, int...