La soledad y la desdicha lo iban consumiendo, arrastrándolo cada vez más a ese abismo del cual ya había salido.
Te he visto con la jefa... ─le confeso Melissa sin quitarle la mirada.
Levemente aligero su expresión─. No le digas a nadie.
─Santi, debes alejarte de ella, David se puede enterar ─preocupada se acercó a su amigo.
─Gracias por tu consejo pero no debes meterte en mi vida.
Melissa se quedó en silencio, ese hombre que tenía en frente no era su amigo. Su tono frio y cortante la dejo perturbada. Avergonzado intento hablarle pero ya era demasiado tarde, sus palabras habían hecho efecto en ella.
La cafetería estaba impregnada por varios aromas; chocolate, café recién preparado, y el chantilly de los pastelillos. Un aire frio entraba por la puerta. Alice estaba a su lado, habían ya pasado algunas sesiones, estaban cada vez más juntos.
─Creo que debemos tener cuidado, tu amiga me ha mirado de un modo que no me gusta.
─Nos ha descubierto. Descuida no dirá nada ─le aseguro al ver su expresión molesta.
─Eso espero, si llega abrir la boca la pondré de patitas en la calle.
─No tienes que ser dura con ella ─acaricio su mano pero ella la aparto.
─¿Por qué la defiendes? ─arrugo la frente.
─Es la persona más pura que conozco. Y es la única amiga que tengo.
Ella soltó una risa burlona─. ¿Pura? Por dios que tonterías son esas.
─Ten cuidado, Alice, me molesta que se burlen de mí.
─Recuerda, caballero, que la única que da órdenes aquí, soy yo ─su labial rojo resaltaba aquella sonrisa perversa.
Estuvo a punto de responderle pero su móvil comenzó a timbrar, era su hermana. Con desgana tomo la llamada.
─Hola.
─¿Solo hola? ─dijo con su habitual tono represivo.
─Por dios, Mónica, no empieces.
Alice permaneció en silencio molesta por no brindarle su atención.
Suspiro─. ¿Cómo estás?
─Recuperándome, y muy aburrida, tomare las clases en casa para no perder el ciclo.
─Eso me parece bien.
─¿Cuándo vienes? ─hacía mucho tiempo que no veía a su hermano, la última vez fue en febrero junto a Melissa. Un pequeño tour por el viñedo y después de dos semanas, se marcharon.
─Aún no lo sé, tal vez pronto.
─Melissa nos ha visitado los últimos fin de semana, y tú no te tomas la decencia de venir.
A veces no soportaba el humor antipático de su hermana adolecente. Un momento estaba bien y al siguiente ponía en juego su paciencia.
─Tengo cosas que hacer en Madrid ─apoyo el codo en la mesa.
─¿Qué haces? ¿Estas ocupado?
─Estoy desayunando.
─¿Con Melissa?
Parecía que todo giraba en torno a Melissa, molesto se aclaró la garganta─. Escucha Mónica, sé que entre tú y Melissa hay una gran amistad, pero debes saber que entre ella y yo jamás habrá algo. Somos amigos y nada más ─Alice observo como fruncía el ceño.
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Rincón Exquisito © (Editando)
RomanceElla: dura, antipática y mandona; la típica mujer 31 que se hace la fuerte ante la vida. Él: honesto, trabajador y soñador, el típico joven que lucha ante las adversidades que aparecen en su camino. Ella: hermosa, seductora y fría. El: apuesto, int...