─Rayos, Santi. Estás loco muy loco.... Deberías irte de aquí y llevarte a esa chica, dile que no vuelva.

Santi hizo caso omiso a su advertencia.

─¿Hay cámaras en su oficina?

─Las cámaras se apagan en cuanto ese tipo llega.

─¿Cómo lo sabes?

─Porque esa es la orden que me dio Alex, soy el único que tiene acceso a ellas.

─Que suerte tengo. Dame otra copa.

─Es enserio, hazme caso ─relleno su copa─. Ese tipo-

─Ya te escuche, es peligroso. ¿Podemos acceder a la cámara de la oficina?

─No. Si lo hago se darán cuenta de inmediato.

─Carlos, sé que hay otra cámara oculta... el ojo del águila.

─Por favor no me pidas eso.

─Solo te pido accedas al micrófono.

En la oficina de Alex había una estatuilla en forma de águila, sus ojos eran dos cámaras de alta definición y dentro de su pico cerrado se encontraba un micrófono.

─Solo quiero saber si es el tipo que ando buscando.

─Estás loco.

─Si es el tipo que busco, este lugar desaparecerá. Solo será un montón de escombros.

─No voy hacerlo.

─Oh sí que lo harás, si no lo haces olvídate de la propina.

Carlos no tuvo elección que hacerlo, no dejaría que ese dinero se le escapara de las manos. Entro por la pequeña puerta escondida detrás del cristal. Santi espero unos minutos hasta que regreso, se volvió a sentar y le dio audífono pequeño.

─Es inalámbrico, podrás escuchar la conversación.

Santi tomo aquel diminuto objeto y se lo coloco.

─Gracias.

─Mañana a la misma hora, Alex.

─No tienes de que preocuparte, al fin al cabo te debo una.

─Este negocio resulta demasiado bueno. Tengo sexo gratis con mujeres, pero me molesto ese tipo "escarlata" tuve que dejarle en claro quién manda. Descuida solo le rompí algunos huesos.

─Has lo que quieras. Este negocio ya es de los dos.

─Y pronto habrá más dinero, más ahora que el hijo de perra de Stilman está a tres metros bajo tierra.

─¿Era necesario eliminarlo?

─Si, hace tiempo que andaba buscándome, si me encontraba arruinaría todo. Merecía morir. Además, el me quito algo que era mío.

─Nym.

─Ya te dije que no me llames así.

─Está bien. ¿Cuál será el siguiente paso?

─Bueno, hay un hombre que también me está jodiendo, y también debe pagar, maldito Rutherford.

─¿Rutherford?

─¿Lo conoces?

─No creo que sea el mismo ¿Cómo se llama?

─Eric Rutherford. Estábamos alojándonos en uno de los hoteles donde él se hospedaba, dimos una pequeña fiesta y por su maldita culpa nos echaron.

─¿Solo por eso lo odias?

Hubo un pequeño silencio.

─Debo dejarle en claro a las personas quien manda.

─Baja esa pistola...

─Cuida tu lengua, Alex.

─No volverá a ocurrir.

─Hay algo que quiero el día de hoy.

─¿Qué mujer es?

─Bueno, a decir verdad me gusto su figura, ese trasero bonito enfundado en ese vestido color perla. Es la chica del antifaz negro.

─Eso es imposible, es del caballero de la noche, la estrella del lugar. No dejara que te le acerques.

─Para mí no hay imposibles, entiendes. Dime ¿cuál es su habitación? le hare una visita, te juro que si ese tal caballero se pone impertinente no dudare en meterle una bala.

─Por favor no hagas eso.

─¿Cuál es su habitación?

─Número doce del segundo piso.

«Maldito Alex»

Santi tiro el audífono. Tomo el teléfono pero no había señal. Tenía que decirle a Elisa que saliera de la habitación.

─Cuando ese tipo llega al club, todas las señales son restringidas.

─Debo irme.

─¿Qué ocurre? ─pregunto Carlos.

─Es el tipo que busco, y en estos momentos va hacia mi habitación.

─¡Te dije que te fueras. Maldición!

"

Rincón Exquisito © (Editando)Where stories live. Discover now