-Vale, pero sólo por un rato me detendré, cuando te vuelva a ver será un poco difícil no recordarte lo feliz que soy de estar contigo- dicho ésto se acercó y me abrazó por la cintura, haciendo que le correspondiera el abrazo sin problema alguno, pasando mis brazos a tomarlo por el cuello, disfrutando de ésta increíble y cómoda cercanía

-Lo tendré en cuenta- respondí a su comentario, abrazándolo con mucho cariño, sintiendo cómo me transportaba a otra dimensión, a una donde sólo Dallen y yo existíamos, donde lo único importante era el cariño que intercambiábamos y adorábamos tener

Después de unos minutos así, en silencio, nos separamos lentamente, la gente iba y venía, personalmente no me importaba si alguien nos veía o tomaba fotos, que hicieran y pensaran lo que quisieran, yo estaba con Dallen, y era lo único que quería

-Te veré después, cuídate mucho por favor- me dijo al oído, besando mi mejilla, alejándose lentamente

Justo en el momento en que Dallen se alejó sentí cómo un cuerpo femenino me atacaba de forma agresiva y  muy salvaje  -¡¡OH POR DIOS!! ¿Qué acabo de veeeeer? ¿Era acaso Dallen Wolff, el chico más sexy de la escuela abrazándote, besándote y tocando tu mano? ¿Era es lo que viii?- me dijo realmente emocionada, abrazándome verdaderamente fuerte

-Persie.. Me estás asfixiando- en cuanto me soltó siguió preguntándome mil cosas mientras yo tomaba aire y salía de los pasillos con una mujer loca a lado mío, no me imaginé una reacción tan alocada de ella el día de hoy, bueno si, pero no tan extremo como lo había hecho hasta ahora

 Entrando a mi salón luego de que Persie se lograra relajar un rato, empecé a tomar clase, en los descansos les empecé a contar a mis amigos, quienes muy alegres por mi me deseaban suerte y me pedían que tuviese cuidado con cualquier cosa, palabras que por cierto me enternecieron ya que me había dado cuenta que yo formaba parte de su círculo de amistades, y es era en cierta medida muy dulce.

La hora del descanso había llegado y yo estaba en el salón aún, había tenido matemáticas antes del descanso y como era un tema que había comprendido quería acabar los ejercicios en ese momento para no batallar después

-¿Qué estás haciendo?- escuché de repente, sintiendo una mano tocar sutilmente mi cabello, haciendo que levantara la mirada para sentir un beso en mi mejilla, provocando en mi una sonrisa

-Hago unos ejercicios de matemáticas, como logré entender el tema quiero terminarlos antes de que ese me olvide el procedimiento- dije relajado, realmente feliz por tener a Dallen frente a mi, estando conmigo en éste momento, aún cuando me sentía tan alegre necesitaba hablarle de algo -Oye Dallen- dije de repente -¿Cómo será lo nuestro aquí en la escuela?-

-¿Qué quieres decir?- preguntó curioso, mirándome a los ojos, arreglándome un mechón

-Si, es decir, tu tienes tu reputación y la gente te conoce, yo soy un mocoso de primero que no tiene ni dos meses aquí y bueno, estamos saliendo, no quiero que la gente empiece a darte problemas porque te ven conmigo y te molesten-

-Para- dijo cuando estuve a punto de continuar -A mi no me importa lo que la gente piense o diga de mi, yo quiero demostrarte que con y sin personas alrededor me gustas y te quiero, sin importar el lugar o el momento- dicho ésto se acercó de nuevo a besar mi mejilla, cuando gente de mi salón aún estaba ahí y podrían suponer muchas cosas de nosotros -Eres mi novio, y no me avergüenza que lo seas-

¿Podría ser más feliz ahora que el chico que me gusta es mi novio y no le importa el ''qué dirán'' si me tiene ahí con el? No, no podía ser más feliz, con eso era muchísimo más que suficiente como para mantenerme alegre lo que quedaba del año. Antes dichas palabras y el beso en mi mejilla no atiné a más que a sonreír como idiota y cubrirme la cara con ambas manos, estaba tremendamente apenado con todo lo que me había dicho, pero estaba muy feliz

-¿Por qué eres tan dulce?- pregunté, quitando mis dedos de mis ojos para verle, aún cuando no lograba sostener la mirada más allá de cinco segundos

-Porque mereces un hombre que te haga sentir feliz, porque me provocas ser así, porque pienso que el chico que tengo justo frente a mi debe recibir tanto cariño como sea posible- y si seguía hablando mi sonrojo en la cara se expandiría por todo mi cuerpo, así que para evitar eso le tapé la boca con mis manos y respiré hondo

-Si continúas me dará un ataque de nervios, me encanta que seas así, pero detesto no tener el tiempo suficiente para escucharte y hacer todo lo que quiero hacer- dije de golpe, respirando hondo, sin poder verle, cerrando los ojos para tranquilizarme un rato, éste chico simplemente me ponía los pelos de punta que abría la boca

El resto del descanso estuvimos hablando sobre tonterías, en ocasiones me recordaba cuánto le gustaba y yo le respondía con un beso en su mejilla, realmente feliz

Cuando el descansó acabó Dallen se fue, no sin antes darme un beso en la mejilla. Miré a mis amigos entrar al salón y empezamos a tomar clase de nuevo. Durante el resto del día no hubo novedades ni nada por el estilo, por lo que al salir por fin ya de clases caminé hasta la entrada con mis amigos, sintiendo de repente una mano sostener la mía. Giré la vista y noté que se trataba de Dallen, eso me hizo sonreír, entrelacé los dedos muy alegre y caminamos junto con mis amigos hasta que ellos se fueron por su rumbo y nosotros esperamos a que pasara nuestro transporte

-¿Cómo te fue en el resto de día?- preguntó Dallen, acercándose a besar mi cabello, eso me había parecido muy dulce 

-Bien, no hubo nada sobresaliente pero al menos ya terminé todos mis pendientes, por lo que podré ir a ensayar sin preocupaciones ¿cómo te fue a ti?-

-No estuvo tan mal, menos teniéndote cerca-dijo cuando le hizo la parada al transporte y me tomó más fuerte de la mano para jalarme sutilmente dentro del autobús. Él pagó los dos pasajes, no me dio ni tiempo de reclamarle cuando me señalaba un lugar para sentarnos, él del lado del pasillo y yo de la ventana

-Me gustas mucho Dallen- dije muy embobado con él, soltando su mano para mover un poco su cabello y poderle ver mejor la cara, el soltarle hizo que esa mano que me tomaba se colocara en mi cintura y me apegara a el ligeramente

-También me gustas mucho Kenneth, demasiado- nuestras frentes chocaron, yo había puesto mis dos manos en su hombro y me había recargado ligeramente en el, cerrando los ojos, sin dejar de sonreír, no podía pedir más, insisto, éste era el mejor momento de mi vida, hasta ahora.

No quería que el camino terminara.

Te Deseo Mucha SuerteWhere stories live. Discover now