Capítulo 36 - Segundo Pacto

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No podía creerlo. Se habían quedado dormidos en el Infierno. Como si fuese una siesta casual (aunque muy necesaria), tras haber acabado Cheryl de cantar a Sam, los dos habían caído presas del sueño y se habían dormido detrás de aquella pared falsa. La primera en despertar había sido ella, sorprendida de no haber tenido ninguna especie de pesadilla.


Tenía una mejilla sobre la espalda de Sam, que parecía muerto. Como era su alma, supongo que no necesitaba ni respirar.


—Hey, Big Boy. —lo sacudió con suavidad, y el chico alzó la cabeza desorientado.— Nos hemos dormido, hay que ponerse en camino. Tengo una idea de lo que podemos hacer para salir de aquí...


—¿De verdad? —Sam se incorporó malamente, tambaleándose.


Cheryl se apoyó en la pared notando sus pulmones algo impedidos. Tal vez era el olor a azufre, o el Infierno cobrándose la energía de Cheryl por haber sacado a Sam de allí. Tomó al chico de un brazo con suavidad y asintió, viendo cómo se le iluminaba la mirada. Ella se permitió también sonreír, a pesar de no tener muchas ganas.


—Vamos, tenemos que llegar cuanto antes. —indicó ella, pasando a través de la falsa pared. Salió rodeada de una bruma negra distinta a la que ella usaba, que se disipó en cuanto la suya blanca comenzó a despuntar entre sus dedos.— ... —la rubia parpadeó confusa. ¿Por qué sentía que aquella neblina negra era relevante para ella?


—¿Estás bien? —preguntó Sam, tomándola a ella del brazo esta vez.


—Lo estaré. —"cuando salgas de aquí". Aunque Sam pareció tomarse la frase en un sentido más positivo que el que ella pensaba.— Vamos Sammy. Nos esperan en casa.


El menor de los Winchester mostró una perfilada y tímida sonrisa cansada. El segundo viaje al Infierno había sido tan desagradable como su primera estancia, tras haber sido encerrado junto a Lucifer, pero ahora nada podía salir mal.





Caminaron de nuevo durante horas. Tras haberse quedado en la abertura, el Infierno parecía haber rebajado la guardia para con los fugitivos. Los demonios con los que se cruzaban caían sin dificultad, incluso con la baja forma en la que se encontraba Cheryl.


—¿No había más demonios antes?


—Sí. Es raro...


Tras dar unos pasos más se detuvieron en un cruce. La rubia y el alce miraron arriba al ver unas señalizaciones: a la izquierda decía "trono" y a la derecha decía "niveles bajos". Inmediatamente, los orbes dorados de la joven se dirigieron a la izquierda, acompañados de los de Sam.


—Esto parece el País de las Maravillas... Tú ya me entiendes. —en referencia a los letreros. Notó el agarre de Sam algo más fuerte cuando fue a girar hacia la izquierda.

[Sobrenatural] || Ala blanca, ala negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora