Capítulo 23 - Headless

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El equipo Libre Albedrío se dividió en dos grupos. Los Winchester acabarían de interrogar a varias familias que quedaban mientras que el dúo femenino iría a las escenas de los crímenes a ver si recuperaban alguna pista que a la policía se le hubiese escapado.


Emma y Cheryl acabaron en un parque cercano al centro de Boone. Junto a la estatua de un anciano montando a caballo aún colgaban las cintas policiales del primer caso, pero ya no resaltaban tanto como los primeros días. Los guardias abandonaban su vigilancia allí ya que tenían que cubrir otros escenarios y andaban escasos de personal. Ni les hizo falta sacar las placas falsas para traspasar el límite.


—¿Qué piensas? —preguntó la rubia a su compañera, que miraba el charquito de sangre de la tierra con expresión pensativa.


—Pocas criaturas crean esta clase de matanzas. Ha de ser un tipo de monstruo muy específico, tiene un modus operandi muy peculiar.


—Entiendo... —Cheryl se agachó sobre el charco de sangre. Emma debía de estar muy frustrada. La morena les había contado que había llegado tras haber recibido el informe de cinco muertos, pero ahora la cuenta se había elevado al doble.— No es un demonio, no hay azufre y no noto... nada extraño.


—Tampoco es un espíritu o un hombre-lobo, no coincide.


—Entonces habrá que pedirle a Sam que busque bichos raros en Wikipedia. —Cheryl alzó la cabeza cuando se dio cuenta de algo.— Em.


—¿Sí? —la morena pasó la vista a su singular compañera. Cheryl rozó con las manos la sangre, a pesar de estar seca y luego la olfateó.


—Si las heridas estaban cauterizadas nada más cortarlas... ¿Cómo puede haber tanta sangre? —se levantó. Y arrugó la nariz. La sangre olía a una extraña mezcla de polvo y podredumbre que le hizo poner cara de asco.


La cazadora alzó las cejas. La gravilla estaba totalmente salpicada, y al cortar la cabeza habría tenido que salir sangre, pero no tanta como la del charco seco que tenían a sus pies.


—¿Tal vez no sea de la víctima? —ambas se miraron. Algo era algo. El bicho que tuviesen que cazar sangraba, con suerte estaría malherido y la tarea sería aliviar su sufrimiento. Cheryl se sacudió las manos, mirando la estatua desde atrás.— Vamos a otros de los escenarios, si encontramos coincidencias me sentiré realizada por ahora.


—Tú conduces~


Así las chicas se dirigieron al siguiente escenario.


Al cabo de unos minutos, las chicas llegaron a un callejón de la ciudad, prácticamente en la otra punta de ésta. La rubia y la morena bajaron del coche.


—Bueno, el tipo no se esfuerza mucho en ocultar sus cadáveres. —esta vez el cadáver había sido encontrado a la salida de la callejuela, pero aquel escenario tenía más que contar y Cheryl lo sabía. Y le daba la sensación de que Emma también lo notaba, a juzgar por el interés con el que miraba las marcas de quemaduras de la pared.— Un parque y la salida de un callejón. De haber querido esconder el cuerpo lo habría tirado en alguno de los contenedores al menos.

[Sobrenatural] || Ala blanca, ala negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora