Capítulo 26 - Cheryl says: '¡Fiesta!'

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(Este episodio está dedicado al actor Misha Collins. #WeloveyouMisha)



A pesar de estar hechos polvo, al llegar al motel tuvieron que hacer varias cosas. Emma le hizo el pronóstico a la pierna de Cheryl, y gracias a Dios no tenía nada, solo cojearía un par de días o tal vez menos si contaba con su factor de recuperación.


Por otra parte, entre las chicas tuvieron que apañar un poco la machacada espalda de Sam. Las heridas que la Mezcla no pudo cerrar, Emma las cosió con destreza. La rubia casi se desmayó cuando vio a la morena sacar un trocito de metralla de la carretera de la piel de Sam. Por suerte, Dean estaba allí para reanimarla.


Mientras Sam acababa de recibir sus puntos, Dean llevó a Cheryl de nuevo a la carretera. No podían dejar a la yegua allí tirada, el animal necesitaba ayuda. Ya habían llamado a la grúa, de otro modo no se la podían llevar. La rubia tendría que explicar algunas cosas al dueño de la jamelga, aunque la hembra no parecía haber sufrido un daño severo. En cuanto los de la Protectora llegaron la pusieron en pie y el animal estiró la musculatura, cojeando un poco al igual que su jinete.


Tras arreglar papeles y demás, se llevaron a Silver de vuelta a su establo, quedando los dos rubios en la carretera, apoyados en el Impala. Cuando las últimas luces de la grúa se hubieron esfumado, Cheryl ladeó la cabeza hacia Dean.


Él le devolvió la mirada, cruzado de brazos.


—¿Qué?


—Antes, peleando contra el Jinete...


—No sé de qué hablas, ¿podrías ser más concreta?


—Sabes perfectamente de lo que estoy hablando. —Cheryl acercó una mano al vientre del cazador. Éste se estremeció al contacto, desviando la mirada hacia el frente. La bruma de la noche creaba tétricos espectros con las figuras de los árboles.— De no ser por Sam, habrías acabado sin cabeza. Y todo por culpa de esta cosa que te puso ese chupagracia.


Dean guardó silencio, de modo que ella se permitió continuar.


—Cuéntaselo a tu hermano. Necesitamos toda la ayuda que podamos, ni si quiera sabemos lo que te puede pasar si sigues con esto grabado en la piel.


Cheryl se acercó a él, que la rodeó los hombros con un brazo atrayéndola hacia sí. Le resultaba tan extraño que la gente se preocupase por él. Tantos años en los que John Winchester le había enseñado a cuidarse solo le hacían sentir como un cachorrito cuando necesitaba ayuda de otras personas.


—No te preocupes tanto por mí, no merece la pena. —enterró parcialmente la cara en la cabellera rubia de Cheryl. Pero al decir aquello, ella se giró posando una mano en su mejilla con un brillo de determinación en los orbes ambarinos.


—No digas eso, Dean, por favor. No vuelvas a decirlo nunca. —cuando sus miradas chocaron, ella ladeó la cabeza con media sonrisa. Veía cómo por dentro el cazador estaba destrozado; veía las ganas que tenía de irse muchas veces y no volver jamás, su arrepentimiento por todas esas veces que creía haber defraudado a Sam, y su miedo a que todos sus seres queridos tuviesen un final triste por su culpa.— Métete esto en la cabeza. —deslizó su mano hasta la nuca de Dean, haciéndole inclinar la cabeza hasta quedar frente con frente.— Eres valioso. Eres valioso para las personas que te quieren. Eres valioso para tu hermano, para Emma, para Cas y para mí. Y si no eres valioso para otros, eso da igual, porque nosotros te queremos y somos tu familia. No pienses en las veces que hayas podido defraudarnos, piensa en las que nos has hecho felices... Y ahí verás... Verás que todos te apreciamos y que de verdad lo vales.

[Sobrenatural] || Ala blanca, ala negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora