Capítulo 32 - I'm the one who gripped you tight...

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Había sido duro y difícil. No iban a dejar allí el cuerpo de Sam, de modo que habían tenido que llevarlo en el Impala hasta el búnker. Fue un largo viaje en el que Cheryl no dejó de sollozar sosteniendo el cadáver, abrazándolo. Milagrosamente, el rostro de Sam solo tenía un leve arañazo en la mejilla provocado por los vampiros.


Al llegar al búnker, Eisy los recibió moviendo el rabito. Sin embargo, tan pronto como el animal se olfateó la atmósfera y vio al menor de los Winchester, comenzó a lloriquear pidiendo a Sam que le lanzase su bola de calcetines.


Castiel lo cogió en brazos mientras Dean y Cheryl lo colocaban en la cama de su habitación. La chica hizo lo que pudo, pero su tristeza era tal que no consiguió regenerar las heridas del menor de los Winchester, ni si quiera las suyas propias sanaban como debían. Nunca dejaban de vigilarlo, siempre había alguien en la misma habitación que el fallecido. La chica se fue con el mayor de los hermanos a curar esas heridas de la pelea con los Hellhounds. Hizo sentarse a Dean en silencio sobre la mesa y comenzó a desinfectar el desgarro de su pecho.


—... —aún con el ceño fruncido por el escozor, la mano de él alcanzó la de ella, apretándola levemente. No se sabía quién estaba más necesitado de cariño en esos instantes, así que simplemente se abrazaron. La primera en volver a empezar a llorar fue ella, echándose la culpa repetidas veces aferrada al cuello de Dean.— N-N-No está.... N-No está...


El de cabello trigueño tampoco se veía capaz de decir nada. Las heridas abiertas no solo estaban en su cuerpo, notaba como parte de su alma se había ido con la de Sam al Infierno. Sabía cómo era aquello, no soportaba la idea de que su hermano tomase todo ese sufrimiento, y estaba dispuesto a sacarlo de allí a cualquier precio. Movió la cabeza hasta dar un beso en la sien de la rubia, acariciándole el pelo.


—D-Dean...


—¿...?


—V-Voy a l-llamar a E-Emma... —tragó grueso, temblando. Emitió un nuevo gorgorito de dolor, apretando las manos en la tela de la camisa del cazador.— S-Se lo debo a Sam. —sin embargo, el ojiverde seguía con su voto de silencio. Pero supuso que aquello era un sí, al notar cómo le acariciaba la espalda en un intento por reconfortarla. Cuando los ánimos se hubieran vuelto a calmar un poco, acabó por coserle a Dean la herida del pecho, y él cosió la suya del estómago.


Observó como Dean mantenía su mano izquierda pegada al cuerpo, como si le doliese usarla. Luego recordó que el vampiro le había estrujado los huesos. La tomó entre las suyas y depositó un suave beso con los ojos cerrados. No surtió mucho efecto, pero Dean pareció relajarse cuando dejó escapar un largo suspiro. Ella le vendo la mano a continuación, con un vendaje grueso.


Cas también estaba agotado, pero tenía heridas más leves, aunque debía de ser el que más energías había gastado peleando. Lo encontraron mirando fijamente a Sam, a cuyo lateral estaba tumbado el Collie, apoyando la cabeza en uno de los brazos del menor.


—Ve con Chers. —murmuró Dean casi gruñendo, para coger una silla y sentarse junto a su hermano.


El ángel asintió y se llevó a la rubia al salón. Castiel podía ver perfectamente a través de los ojos de la chica el trauma por el que estaba pasando. Se sentó junto a ella, sacando el móvil y depositándolo en la mesa.

[Sobrenatural] || Ala blanca, ala negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora