Capítulo 14 - El plan perfecto

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"Me voy a un sitio al que no pertenezco. Como de costumbre.

-Cheryl  :)  "



Hacía nada más y nada menos que tres meses en los que Dean no había parado de preocuparse por la rubia. Esa nota y algunas cosas de su habitación eran lo que quedaban de ella, y el cazador solo encontraba la manera de desatarse cazando.


Sam también estaba preocupado por el paradero de Cheryl. Castiel se negaba a decirles nada, y de hecho, su hermano mayor había dejado de rezarle al dar por imposible cualquier atisbo de colaboración en el ángel. De modo que los Winchester se iban de caza, tratando de alejarse de los problemas, pero ambos sabían que la situación empeoraría con el tiempo si no obtenían respuestas.


Dean se volvía más irascible a cada caso que resolvían. En ese mismo momento, los Winchester se encontraban en una pequeña ciudad de Tennessee, investigando el caso de un Genio. Ya había matado a unas tres personas en las últimas semanas, entre ellos al viejo jefe de policía que se había acercado demasiado a él investigando por su cuenta.


Además de otros dos desaparecidos que esperaban que no estuviesen muertos. Los chicos estaban ya preparados para entrar en una vieja sinagoga derruida.


—No hay más ruinas así en este sitio, ¿no? —preguntó Dean empuñando un cuchillo con el filo empapado en sangre de cordero. Era eso, o golpear al Genio en el cráneo hasta explotárselo.


—No. —respondió Sam, con otro cuchillo ensangrentado también.— Tiene que ser el lugar, a los genios les gusta estar en estos... —tocó uno de los muros— lares.


—Bueno, pues acabemos con el pitufo éste y vámonos. —siseó el de ojos verdes entrando a los restos de la sinagoga. Era extraño que un genio escogiese un lugar sagrado como aquel para esconderse, puesto que los más cotizados eran viejos almacenes o fábricas abandonadas. De este modo, Dean y Sam se separaron un poco eligiendo diferentes caminos. Cada uno estaba atento al silencio, y a cualquier ruido que lo pudiese romper.


Cuando ya llevaban unos minutos, Sam giró la cabeza al escuchar una especie de gemido viniendo de... ¿el suelo? Al agacharse, notó una fina corriente de aire venir desde abajo, lo que significaba que estaba pisando un falso suelo.


El cazador localizó una viga que podría servir de palanca. La tomó con esfuerzo y reventó el suelo de piedra revelando una estrecha fosa. El ruido no debía de haber pasado inadvertido, de modo que encendió la linterna y puso el cuchillo por delante, comenzando a bajar al piso de abajo.


Cada vez los quejidos se hacían más fuertes. Dado un momento, Sam alzó la linterna, observando a un par de chicas jóvenes esposadas a la pared. ¡Las víctimas del genio!


—Eh. —se acercó a ellas, palmeando la cara a una de las muchachas.— ¿Estáis bien? Vamos, aguantad, vengo a ayudar. —aseguró el de pelo largo sacando un fino hierro de los bolsillos para usarlo de ganzúa. Lástima que no se le diese tan bien como a Cheryl. Él también la extrañaba: sabía que su hermano la necesitaba.— ¿Sabéis dónde está?

[Sobrenatural] || Ala blanca, ala negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora