Capítulo 25 - Carrera

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El ululato de un búho y el sonido de la puerta de la comisaría cerrarse alertaron a la rubia, que asomó desde detrás de un coche para observar. El último de los guardias acababa su turno y se iba a casa, dejando el centro vacío, y cerrado, por supuesto.


La noche estaba inusualmente nublada, y ni la luna se atrevía a brillar entre éstas, dándole un aspecto muy tétrico al pueblo. Al menos así, Cheryl podía fundirse con las sombras. En teoría, y si Dan había hecho bien su trabajo, aquel mismo hombre que había salido por la puerta no la habría cerrado del todo bien. Los cierres electrónicos de la puerta principal estaban desactivados, pero tenía que ocuparse de las cámaras de otra manera. Y si esa manera conllevaba llevar los ojos tintados de negro unos minutos, valía la pena intentarlo; ninguno de los cazadores quería tener otra cabeza desaparecida de su respectivo cuerpo aquella noche.


Los ojos ambarinos de Cheryl se tornaron negros y salió del aparcamiento, apuntando a la primera cámara de seguridad con una mano. Estaba algo oxidada por no poner en práctica las enseñanzas de Crowley en tanto tiempo. Movió levemente dos dedos, y la cámara comenzó a girar en otra dirección de modo que no habría pruebas de que ella había pasado por allí.


Al ver que su telekinesis funcionaba, esbozó una extraña sonrisa, algo perturbadora y se acercó a la puerta. Queriendo probar más de sí, movió un brazo y la puerta se abrió sola.


—Soy una motherfucking jedi. —murmuró orgullosa.


Asomó la cabeza por la entrada de la comisaría. Cinco cámaras, no era difícil. Se fue haciendo paso entre ellas moviéndolas con la mente. Sus negros ojos parecían hasta disfrutar de estar en aquel estado.


Al llegar a la puerta donde estaban las celdas se hizo crujir los dedos. Esa era automática, así que en teoría tenía que estar desactivada.





Dean volvía a estar apoyado en los barrotes, repartiendo sus miradas entre Sam y Emma, la cámara de seguridad y la puerta. Los otros dos de vez en cuando hacían algún comentario, pero por lo demás, la trena estaba en silencio absoluto.


—¿Qué hora es?


—Las... once y cinco. —respondió el de cabello corto a la cazadora justo a tiempo para oír un fuerte golpe contra la puerta, desde fuera, seguido de un 'oooouuuuch'.— Debe de ser Cheryl.


—Sí, creo que es Cheryl.


—Sin duda alguna es Cheryl. —la fe en la misma.


La puerta se abrió y apareció la rubia sobándose la nariz y tambaleándose con pinta de haberse dado un buen golpe. Sus ojos estaban aún en modo demonio, así que cuando la luz la reflejó, Dean frunció el ceño al ver el método que había usado. La rubia apuntó a la cámara y el aparato se giró pro la fuerza soltando algunas chispas.


—Ough... Maldita puerta, creía que no tendría que usar el maldito pomo, maldita suerte. —murmuraba la Mezcla. Se acercó a la celda y se apoyó mirando a los ojos a Dean.— ¿Hace cuánto que no me veías en este plan, uh?

[Sobrenatural] || Ala blanca, ala negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora