[Sobrenatural] || Ala blanca, ala negra

Capítulo 18 - Desplumado

Cheryl comenzó a soltar alaridos según notaba los colmillos de Nox clavándose en su cuello y salpicando a su alrededor de sangre. No procesaba cómo una mordida podía doler llegando a tal magnitud, y ella no tenía la fuerza suficiente para hacer que el Vrykolaka se apartase.

Si no lo hacía pronto, comenzaría a chuparle la Gracia además de la sangre.

—¡Suél... ta... me! —demandó la chica forcejeando. El dolor en el cuello le restaba energía según pasaban los segundos, pero sus ojos se dirigieron a la palma de la mano del Vrykolaka. La criatura estaba alzando la mano, y en la palma tenía un extraño grabado, como un sello; y parecía querer estampárselo a ella.

Nox cesó el mordisco, sonriendo mientras le chorreaba sangre de Cheryl de los labios. A ella se le puso la vista borrosa.

—¡Ya eres mía, Mezcla! —sin embargo, alguien agarró la muñeca del vampiro y tiró hacia atrás. Cheryl retrocedió, y cayó posando una rodilla en el suelo. Se llevó una mano al cuello para contener la hemorragia.

Dean apartó al Vrykolaka de la muchacha. El cazador tenía un brazo ocupado agarrándose el costillar, porque con todos los golpes que había recibido tenía la impresión de que podría partirse en dos en cualquier momento.

—Deja a la Novata, cabrón —retó el de ojos verdes, acertando un puñetazo en el pómulo de su enemigo, que retrocedió hasta la pared.

—He... Hehe... Hehehe. —se miró la palma de la mano que comenzaba a desprender un peligroso destello rojizo. Cerrando el puño, se dirigió a Dean, pero el cazador evitó el golpe de una manera muy Mátrix, retrocediendo hacia la pared.— Si ella no viene... ¡lo harás tú!

—¡Y una mierda! —pero el Vrykolaka en seguida sometió al cazador, tomándole del cuello y estampándolo de espaldas a la pared. Dean se aferró a la muñeca de Nox luchando por conseguir más aire, que ya era complicado de obtener con las costillas destrozadas.

—Destino cruel, destino cruel... —canturreó el Vrykolaka. Plasmó la mano en el estómago de Dean tras meterla por debajo de su camisa.— Será lento... Y doloroso.

El cazador emitió un grito al notar el escozor en el abdomen mientras un resplandor bermejo salía por debajo de su camiseta. No obstante, el dolor se esfumó como había venido. El Vrykolaka le propino un puñetazo, ya sin aquel extraño grabado en la mano y sonrió. Pero allí quedó la cosa.

—¡KYAAAGH! —chilló Nox cuando Sam le atravesó la garganta con la espada angelical de la rubia. El otro vampiro de ángeles estaba muerto con un agujero similar en el pecho.

Sam arrancó el cuchillo y ayudó a su hermano a ponerse en pie.

—G... Gracias Sammy... Has estado rápido.

—Ha sido suerte —restó importancia el menor. Aunque era difícil pensar que Sam hubiese podido encargarse de los dos Vrykolaka. El otro, Terry, le había hecho una buena brecha por encima de la ceja que no paraba de sangrar y debía de estar dejando a Sam parcialmente ciego, ya que la sangre le caía justo sobre el ojo. A parte de eso, el 'pequeño' Winchester solo tenía algunas marcas de golpes.— ¿Qué te ha hecho?