Capítulo 17 - Detector de ángeles

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—Si se os hace más seguro, podéis meterme dentro de una trampa.


—... —Sam la miró con tristeza.— No vamos a volver a hacer eso, Cheryl, nos fiamos de ti.


—Hablas en plural Sam, pero yo sé que Dean no se fía.


—¿Cómo?


—Mientras tú dormías la mona...


—Por tu culpa.


—... Por mi culpa, él y yo tuvimos una pequeña charla. —Cheryl se sentó en el sofá, de brazos y piernas cruzadas al estilo indio. Le encantaba que Sam se tomase todo con más condescendencia que Dean, le daba alguien con quién hablar sin ponerse a gritar.— Parece que no le gusta verme con los ojos teñidos de negro.


El de pelo largo exhaló un suspiro, mirando el libro de hechizos. Habían encontrado uno para rastrear a Castiel, pero necesitaban de otro ser divino para localizarlo que no fuese un ángel, porque seguramente tendrían sigilos angelicales por toda la zona.


—A ninguno nos gusta esa perspectiva, Cher. —se sinceró Sam.— Los demonios nos han hecho más daño del que te puedes imaginar... ¡N-No digo que tú no...! Es decir que... Agh.


—Entiendo. —arqueó una ceja, con tono irónico.


Sam le lanzó una bitchface.


—No quiero decir que tú tengas algo que ver con nuestra historia, porque tú también lo has pasado mal con todo este asunto pero... Los demonios están llenos de sentimientos negativos: odio, venganza, arrogancia... Matan por diversión, poseen a gente y les obligan a hacer cosas contra su propia voluntad. —el menor de los Winchester bajó la mirada. Cheryl ladeó la cabeza, viendo al cachorrito tan triste que le hacía encogerse el corazón.— Y ninguno de los dos queremos que... pases esa frontera.


—Ay, Sam... —gimoteó ella conmovida. El chico se había sentado a su lado, y ella apoyó la cabeza en su hombro.— Te aseguro que ser demonio es extraño, no me gusta. Pero siempre puedo salir de ese estado, además... Os tengo a vosotros dos para acordarme de lo que es correcto.


Sam esbozó una sonrisa silenciosa cuando Dean apareció por el pasillo, con una pistola en la mano y un cargador en la otra. Miró a su hermano y Cheryl y entrecerró los ojos con un aire celoso que les causó gracia. La rubia le sacó la lengua y comenzó a susurrar al oído de Sam.


—Psst. Psst. Tú notas la tensión sexual entre nosotros, ¿no?


—Creo que si creciese un poco más yo no entraría en esta sala. —siguió el juego de la mestiza para ver cuánto aguantaba Dean sin separarles o interrumpir sus cuchicheos.


—Entonces, ¿tú también nos shippeas? ¿Prefieres Chean o Deryl como nombre?


Sam frunció el ceño y se giró para mirarla algo desconcertado.


—¿Quién más podría hacerlo? Y obviamente, Deryl.

[Sobrenatural] || Ala blanca, ala negraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora