Ciudad.

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CAT

Después de desayunar, nos preparamos para ir a la ciudad. Le dejé a Black y a los demás mucha comida en sus platos, no es que íbamos a tardar mucho, pero solo por si caso no quería que pasaran hambre. Dejé todo impecable y me encontraba observando a los cachorros, a yang y black también. No me había ido y ya los estaba extrañando.

- Cat... ¿Lista? – dijo james girándome suavemente y asiento para salir de la cabaña. El cierro bien sin preocuparme de los lobos adentro, porque hace un tiempo le habíamos hecho una puerta por la parte de atrás para que salieran a su antojo y ya no hacían sus cosas dentro de la cabaña.

Subimos a la camioneta y partimos a la ciudad por un camino que el mismo james se encargó de hacer para llegar más fácil a la cabaña. Durante el viaje veía por la ventana como poco a poco iba saliendo del bosque, aunque de todos modos faltarían unos 30 minutos mas en llegar a la ciudad según james.

- ¿Estas bien? – pregunta, pero yo sigo con la vista fija en la ventana – Podemos regresar, en serio – niego y volteo a verlo.

- Solo tengo muchos nervios, pero estoy bien – dijo inhalando todo el aire que puedo para luego exhalarlo todo. si estaba bien, o eso quería creer, pues sentía una presión en mi corazón, pero no iba retroceder, no me iba arrepentir y sinceramente toda esta valentía creo que proviene del pequeño frijolito. Porque no me explico como en mi mente muy en el fondo quiero regresar y nunca salir de la cabaña, pero mi cuerpo, mi corazón y lo que digo es totalmente diferente.

El camino se hizo mas corto en el momento en el que James se empeñó en hacerme conversar todo el camino y aunque no tenia ganas de hablar, lo agradecía en el fondo, él sabia cuando tranquilizarme sin siquiera intentarlo, y de un momento a otro el hermoso paisaje de arboles y montañas cambio a unos enormes edificios y vías transitadas, haciendo que los nervios del principio volvieran.

Y después de recordar la dirección de mi casa, estuve todo el camino indicándole a james por donde ir, pues él no conocía esa parte de la ciudad y todo iba bastante bien hasta que vi las cuadras conocidas, supe que estaba cerca enseguida y el miedo junto con los nervios se apoderaron de mí. Le indiqué a james una ultima vez que girara a la derecha y después de diez casas contadas por los mismos nervios, paramos en una casa amarilla con un pequeño jardín y un auto que no era el mismo en el cual viajamos al bosque.

- ¿Nos vamos oh...? – preguntó james al cabo de unos minutos que yo seguía observando la casa. Me mordí el labio y suspiré. No iba a irme estando aquí y sin decir nada abro la puerta al mismo tiempo que james abre la suya y me volteo a verlo.

- James, no vayas, esto debía hacerlo yo sola – le digo agarrando su mano, en serio necesitaba hacerlo.

- ¿Estas seguras? – pregunta mientras acaricia mi mejilla con la otra mano y yo asiento varias veces – Bien esa es mi chica – dice apartando su mano para cerrar su puerta. Le doy un beso fugaz por comprenderme y me bajo del auto.

Camino hasta la puerta y toco el timbre con el corazón latiéndome a mil por segundos o incluso micro segundos si eso fuera posible y se hizo eterno cuando escuche un ya voy desde adentro. No había pasado tanto tiempo cuando la puerta se abre y una mujer desconocida abre la puerta.

- Hola querida, ¿Qué se te ofrece? – dice con una sonrisa, pero yo seguía sin reaccionar - ¿Chica, estas bien? – pregunta cambiando su sonrisa por una cara preocupada.

- Eh... si – digo al fin – de casualidad sabe a donde se mudó la familia que vivía aquí? – pregunto sintiendo el nudo en la garganta.

- Oh ¿La pareja de fotógrafos con su hijo? – dice sonriendo de nuevo y asiento – Oh bueno ellos vendieron esta casa el año pasado y sinceramente no sé dónde podrían estar, solo me pidieron el favor de guardar algo en caso de que alguien viniera a buscarlo. ¿Eres tu quien viene a buscarlo?

Mi Vida En El Bosque.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora