Mi Vida En El Bosque.

Encuentro.

Al tiempo los osos me dejaron tranquila y pude seguir buscando mi esperanza de refugio. Me alejé tanto que descubrí una montaña lo bastante alta para ver al rededor. Pero tenía que escalar y no sabía cómo hacerlo de manera que no muera en el intento. Aunque de todos modos no me detuve, seguí hacia esa montaña.

Empecé a escalar como pude por donde veía que era más "seguro", pero en las condiciones que se encontraba mi cuerpo era difícil, no tanto por tener poca masa muscular, si no, que no podía con mi propio peso y pesaba bastante a pesar de todo. El suelo parecía que quería pegarme a él, pero con todas mis fuerzas logré subir a un pequeño espacio donde podía sentarme y descansar un poco. Las manos me dolían horrible, estaban rojizas y me palpitaban. Fue mucho lo que subí para llegar hasta aquí y aun no es suficiente.

Luego de un rato me levanté y seguí subiendo y al llegar casi a la cima, más arboles estaban allí, con la diferencia que estaba el suelo cubierto de esa manta blanca fría que también cubría los árboles, caminé por todo el pequeño bosque. A pesar del tremendo frío que había. Para llegar a un lugar donde pudiera verme con claridad, pues intentaría esperar un helicóptero de nuevo. Cuando por fin lo encontré, me detuve y mire a mi alrededor y saque mi cámara y la usé como binoculares, pues al menos el zoom y la lentilla funcionaban. El paisaje era tan precioso y me dolía no poder capturarlo.

De la nada siento que me miran y un ruido raro se escucha detrás de mí. Al voltearme me encuentro con un lobo que no era muy grande pero los colmillos que se veían mientras gruñían en mi dirección sí que eran grandes. Supuse que, si este lobo es un poco mas pequeño de lo normal, entonces es porque muy cerca debe estar su madre y espero que no me encuentre.

Doy un paso atrás y él un paso más hacia mí. Trato de buscar algo que me ayude, pero no hay nada y él está del lado de el bosque. Él se sigue acercando y yo cada vez voy más atrás. Me doy vuelta quedando a centímetros del gran precipicio. Vuelvo a mirar el lobo y sigue mirándome como hace rato así que decidí ponerme de rodillas en la nieve y viendo de reojo al lobo quien gruñía más fuerte con cada movimiento que hacia. él se acercó gruñendo para comenzar a olfatearme en mi espalda, brazos y cara. Dando dos vueltas, luego se sentó al frente de mi sin mirarme.

No sé por qué no me atacó, pero creo que estar mucho tiempo en el bosque ayudó. Yo quise acercar mi mano, pero me gruñó, volví a intentarlo más lento, pues si quisiera cenarme ya lo habría hecho y volvió a gruñir un poco pero no me detuve. Entre tantos gruñidos y varios sustos pensando que me iba a atacar, logré tocar su cabeza.

En la noche volví a ir a se espacio encima de la montaña, para escribir en mi libreta e intentar dibujar el paisaje lo mas bonito posible, aunque no tenia ni una pisca de talento en la materia y mientras me perdía en mis escrituras, volví a escuchar un ruido y al voltear un lobo venia corriendo hacia mí, pero por el miedo no me dio tiempo de levantarme y salir corriendo. Solo tropecé conmigo misma y volví a caer, volteando a ver al lobo que extrañamente estaba sentado observándome y caí en cuenta que debía ser el mismo lobo de la mañana.

Me volví a sentar en mi lugar y bajo su mirada recogí la libreta y el lápiz. Él se acercó hasta acostarse enfrente de mis piernas y sin saber que hacer solo me dispuse a dibujar y no molestar al animal.

- ya me tienes confianza he...- le hable luego de un rato mientras acariciaba su lomo, aunque las palabras eran más para mí que para él. Me levanté despidiéndome de él, pues ya tenía mucho sueño y camine por donde llegue, me di cuenta que el lobo me seguía y me detuve girando a verlo, pues según yo y el televisor. Los lobos no andan solos, siempre tienen una manada y yo no quería mas tatuajes de garras en mi piel.

- Oye... no puedes seguirme, no quiero morir por tu manada – obviamente no me iba responder y unos segundos después volví a mi camino e iba tan concentrada que cuando estaba cerca del árbol, escuche una rama partirse atrás de mí y veo de nuevo al lobo. No me queda de otra que suspirar y agacharme frente a él.

- bien, ya que me vas a seguir te pondré un nombre...- dije mientras le acariciaba la cabeza- te llamaras Black, es un nombre súper común, pero tengo tanto sueño que no puedo pensar en otro, por favor acéptalo - me levanté y seguí caminado con él a mi lado, bueno al menos tengo compañía ahora.

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...Capitulo Editado...