Mi Vida En El Bosque.

Black & James.

Luego de un rato la chica volvió y... Ahora que lo pienso... No sabía su nombre. El lobo seguía vigilando mis movimientos mientras la chica se sentó al extremo del sofá viendo un libro y yo la miraba todo el rato, pues había perdido mi teléfono y de todos modos dudaba que aquí hubiera señal.

- ¿Oye...como te llamas? – pregunté rompiendo el enorme silencio que había.

- soy Cat....- dijo sin dejar de leer el libro.

-mmm... Soy james...- no sabía de qué hablar y no soy de esas personas que disfrutan no hacer absolutamente nada - y... ¿Cuántos años tienes?

- 17 y tú? - dijo esta ves viéndome a la cara, estaba seguro que ya le estaba acabando la paciencia.

-18...- dije sonriendo.

- Mmm... Que bien, oye black mira tienes un hermano perdido - dijo mirando al lobo.

- ¿Qué? - dije un poco confundido.

- Black tiene 18 años, claro, en años lobos o perros... da igual, en años normales tendría 11 años.

- Eso es interesante... – digo mirándolo, pues no parecía tener tan poquitos años.

- Si, así es...- dicho esto. Ella volvió a su libro y yo seguía mirándola, hasta que se dio cuenta.

- ¿Quieres por favor, parar de mirarme?, ¿Qué tengo en la cara, que no paras de mirar? - dice cerrando el libro de golpe, aunque no se veía molesta.

- Solo no tengo nada que hacer y además para estar perdida tanto tiempo, tienes una apariencia muy bonita.

- No siempre estuve así. Antes de encontrar la cabaña, conocí a una señora que vive ligeramente lejos y ella me ayudó a verme como humana nuevamente y pues al vivir aquí, trato de mantener esa imagen, no quiero volver a estar así de horrible otra vez. – dijo mientras abría el libro de nuevo.

- Oh, pues hizo buen trabajo, el cabello así te queda muy bien – digo sinceramente a lo que ella sonríe.

Así pasamos toda la tarde y parte de la noche, yo sacaba temas de conversación de vez en cuando mientras Cat leía su libro y black mordisqueaba un juguete que no sé de dónde lo sacó, pero no fue hasta que todos dimos un fuerte bostezó para que Cat me ayudara a ir a la habitación donde desperté y luego se fueran dejándome solo.

A pesar de que tenia sueño, me costo dormirme un poco provocando que pensara en Cat y el lobo black. Súper original, pensé mientras sonreía. Luego de un rato mirando el techo y pensando en otras cosas me quedé dormido.

CAT.

Una semana después james por fin podía caminar y hacer todo por su cuenta, aunque a pesar que le diga muchas veces que no se esfuerce, igual lo hace y termina revolcándose del dolor, porque las heridas todavía están sanando por dentro. Él definitivamente no era tan mal chico y admito que de vez en cuando logra sacarme una que otra sonrisa sin si quiera darse cuenta de ello.

Pero igual no puedo confiarme del todo en él y black me apoya vigilándolo y hay veces que no puedo creer como fue que sobrevivió tantos días en el bosque huyendo de un oso cuando apenas me descuido y ya está intentando agarrar flores toxicas, haciéndome correr a impedir que las agarre. Ni black era tan bebé como él y no podía creer que fuera un año mayor que yo.

Caminaba con un pequeño recipiente con agua y unos trozos de tela limpios, llegué a la habitación donde estaba james y dejé las cosas encima de una silla para sentarme en otra. En ningún momento dijimos nada, solo me dediqué a quitarle las "vendas" del abdomen y el muslo.

Las heridas ya estaban casi cerradas por completo, a excepción del abdomen que estaban un poco abiertas por el esfuerzo que hizo buscando leñas para la chimenea y la cocina. al terminar de limpiar y cambiar todo. Recojo las cosas y las acomodo a un lado, esto de ser enfermera improvisada se me daba bastante bien.

- Gracias...- dice él con una gran sonrisa rompiendo el silencio que era muy pacifico la verdad.

- No es nada... Ya me ha pasado...- dije sin pensar, pues no le había contado mucho sobre mi vida en el bosque.

- ¿De verdad? – asiento – ¿y como te curaste tu misma? – Sus ojos me miraban con autentica curiosidad provocándome un poco de ternura. Esto no me estaba gustando, yo no debería encariñarme con un extraño, pero su carita esperando una respuesta pudo conmigo y le conté todas las veces que fui atacada por un oso y le mostré la cicatriz de las garras que iba desde la rodilla hasta el tobillo.

- Debo decir que te respeto - reí con eso, pues a pesar que lo conté como toda una aventurera que no le tiene miedo a nada. esa vez quede totalmente traumada por unos largos días llenos de pesadillas y dolor.

- No deberías, no soy tan fuerte - dije sonriendo y nos quedamos en silencio un momento hasta que decidí levantarme para irme, pero james me lo impidió.

- Quiero ir contigo, espérame – dijo mientras me usaba como soporte para sentarse en la cama.

- Acabo de cambiarte el vendaje, debes descansar un poco, si no se volverán abrir y te va doler – mentí, pues sus heridas ya no estaban al punto de abrirse otra vez y lo ajusté lo suficiente para que no pasara, pero me ponía nerviosa que estuviera caminando la mayoría del tiempo detrás de mí.

- Caminaré despacio, tranquila – dijo mientras se ponía de pie y sonrió victorioso - ¿ves?, no pasó nada – rodee los ojos para empezar a caminar fuera de la habitación mientras él se quejaba por no caminar su ritmo y dejarlo atrás. Una vez en la parte de atrás de la cabaña, lavaba los vendajes bajo la mirada de james, quien estaba sentado en una silla mientras black lo vigilaba.

- Este lobo no se cansa de mirarme con mala cara – su hablar me hizo desviar la mirada hacia los dos, era bastante gracioso que black estuviera sentado como estatua sin dejar de verlo.

- No confía en ti... - digo regresando la vista las vendas en el agua, ya tenía que sacarlas y escucho un suspiro de su parte.

- Ninguno de los dos confía en mí, soy consciente de eso – dijo mientras sin decir nada, colgué los trozos de tela para que se secaran y suspirando lo miré.

- Creo que es normal, luego de estar tanto tiempo lejos de las personas y tener varios encuentros con cazadores – digo y miro hacia otro lado – si te soy sincera, black es quien me da confianza para convivir contigo.

- No te preocupes, quería regresar lo antes posible a la ciudad, pero creo que lo dejaré para después – dijo haciéndome mirarlo nerviosa. Hasta ahora no se me había cruzado por la cabeza que el sabia un punto en el bosque por el cual podían regresar a la ciudad.

- ¿Por qué...?

- Haré que confíes en mí, quiero demostrar que no te haré daño en ningún momento y black es tu amigo, ¿no? Pues también será el mío – lo dice tan seriamente que me causa risa, no sé por qué.

- ¿James y black amigos? – digo incrédula.

- ¿suena tan loco? – sonríe – pero lo haré, ya verás...

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...Capitulo editado...