El señor confundido y amable me dijo en donde podía estacionarme. Baje del auto y camine hacia las escaleras. Mire el papel que me sonrió el señor y sonreí.
"Edificio H, #28, segundo piso."
Cuando llegué acerque mi oído a la puerta. De fondo se escuchaba su canción favorita. Me emocione como niña en un concierto y por accidente golpe la puerta. Me maldecí por dentro y salí corriendo. Termine escondiéndome detrás de unos botes de basura llenos de un líquido asqueroso.
-Maldito idiota-me dije a mí mismo.
Subí de nuevo al segundo piso y vi a Hera sentada en el piso. Ella me sonrió e hizo una seña para que pasara. Entre a la casa y suspire con alivio. La ayude a pararse y después le di un gran abrazo. La casa completa tenía un olor genial. Era entre el campo en la mañana junto a un poco de amor. Un olor raro, lo sé.
-Tu nueva colonia huele horrible.-dijo separándose de mí.
-Gracias.-dije.-observe toda la casa y me senté en el sillón. Me quite mi chamarra y luego la miré. Ella estaba a un lado de la puerta rociando aquel líquido con olor raro.
-¿Cómo supiste que estaba aquí?-me pregunto sin mirarme.
-Esta mañana tu madre se me vino a la cabeza y recordé este lugar. Desde que te fuiste llame a tu hermano, tu novio, la familia de tu novio e incluso fui varias veces con tus abuelos para preguntar por ti o algo así, pero no.
-¿Cómo está Eithan?-me preguntó, de nuevo, sin mirarme.
-Sigue en el hospital-mordí mis labios.- ¿Por qué me preguntas por él?
-Es que no tengo nada virtual aquí, bueno solo la tele y mi teléfono.
-Puede que tu novio este muriendo y tú aquí encerrada como murciélago. No tienes sentimientos Riley.
-Quería estar sola y centrarme en lo que quiero.
-¿Qué es lo que quieres?
-Bueno,-camino hacia la cocina y regreso con un vaso de agua. Se sentó frente a mí y bebió del vaso.
-Creí que el agua era para mí-dije molesto.
-Tienes piernas-alzó sus hombros.
Resople molesto y fui por un vaso de agua.
-Bueno,- prosiguió con sus cosas-lo primero que quiero es mudarme aquí. Es casa de mi madre y así que tengo derecho. Ya conseguí un empleo y con eso me mantengo. Seguiré estudiando con ayuda de mis abuelos paternos y fin.
-Wow, felicidades.
-¿En que trabajas?-me miró-No eres buena para nada.
-Todo fue gracias a mi querida suegra-sonreí mordiendo mi labio-ella me ha ayudado bastante.
-Creí que no hablabas con ellos.
-Te mentí un poco, hasta a mi me mentí. Sí quieres saber, Eithan está mejor. Su madre me consiguió trabajo en uno de sus restaurantes, buscan empleados por sí gustas.
-No gracias.-una de las puertas se abrió y Eithan salió de pronto.
-¿Todo bien?-nos preguntó. Lo mire de pies a cabeza.
-Ya me voy-dije sin aliento.
-No te vayas-me dijo Hera.
-¿Para qué quieres que me quede?
-Para platicar y contarte cosas. Eres su amigo, te extraño mucho.-dijo Eithan.
Solo reí y termine de beber el agua que estaba en el vaso.
-Vete sí quieres, da lo mismo. Vamos a terminar peleando.
Asentí y tome mi chamarra.
-Me dio gusto verte de nuevo Hera-dije y salí de la casa.
Al salir cerré la puerta y apreté mis puños. Cuando llegue al auto me giré y vi a Eithan.
-Deja de ser tan tú por favor. Hera te quiere mucho.
-¿Te estas escuchando? Es tu novia.
-Yo confió en ella. Sé que ella me quiere. Solo quiero que sea feliz.
-Ella puede ser feliz contigo.
Subí al auto y el detuvo la puerta.
-Mañana quiere empezar a remodelar el departamento, me gustaría que nos ayudaras.
-No, estoy ocupado.
-Hooder aceptó-lo miré y quite su mano de la puerta.-Los esperamos mañana, con cuidado.
Mire por el espejo y él seguía ahí parado. Acaricie mi barbilla y puse algo de música.
YOU ARE READING
365 cartas para ti
Teen FictionCada día hay una nueva carta. Cada carta tiene un sentimiento diferente. ¿Leerias las 365 cartas que te escribí?
Carta 222
Start from the beginning