Capítulo 8

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Cuatro meses antes (Septiembre)

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Cuatro meses antes (Septiembre)

Cassie

Fruncí el ceño mientras veía como Ed empujaba el carrito de compras en el cual un cómodo Luke estaba metido, el más alto de los tres era el que estaba en la caja metálica del supermercado, veía a varias madres con sus hijos mirándonos extraños, las comprendía, yo iba con ellos y los consideraba poco normales.

—A la derecha— ordenó Luke, vi a Ed maniobrar como un experto el carrito de compras, los pies de Luke ni siquiera tocaron los estantes.

—Luke es un estorbo— me miró mal, era la verdad con su cuerpo allí no iba a caber tanta comida como tenía planeada —Es la verdad, si no sales de allí no habrá poder humano que me convenza de comprar las cuatro cajas de cereales que quieres— me crucé de brazos y vi como Ed detenía abruptamente casi mandando a Luke al piso, me miró asustado.

—Bruja— dijo él aludido, ladeé la cabeza, no era tan mala idea ser una bruja.

—No puedes hacer eso, los cereales son todo lo que podemos desayunar porque no hay forma de que coma cualquier cosa que prepares— Ed me miraba asustado, como si lo acabara de sentenciar a muerte y no a dejar de comer cereales en las mañanas.

—Primero— dije alzando un dedo —no cocino tan mal, segundo— mi dedo corazón fue el siguiente —¿Quién te dijo que yo iba a cocinarles a mis esclavos?— ambos soltaron un bufido de indignación. Seguí caminando y me detuve al ver que ninguno de los dos se movían, me miraban con expectativa —¿Qué?— me crucé de brazos esperando que avanzaran.

—El tercer punto— fruncí el ceño —¿Cuál es tu tercer punto, Cassie?— Ed se apoyó en la cabeza de Luke.

—Si con dos puntos no les bastan es porque son unos idiotas que han aprobado cada grado gracias a la caridad de sus profesores, ahora muévanse, y Hilton baja de ahí— para mi sorpresa me hicieron caso, me agradaba cuando eran tiernos conmigo, bueno, al menos obedientes, tipo unos perros entrenados.

Estábamos pasando por la sección de higiene, tomé un paquete por doce de papel higiénico, no quería tener que comprarle a ninguno de ellos un rollo porque se les había acabado, no quería saber ni a que entraban al baño. Tome jabón, shampoo, para mí, ellos podrían lavarse el pelo con jabón, no era mi problema.

—No me gusta el olor a durazno en mi cabeza— Lucas estaba a punto de devolver el tarro que acababa de colocar en el carrito —Soy más de miel o este gel de menta— levanto algo negro que decía "for men".

—¿Miel? ¿Enserio? No huele tan bien— Ed acababa de responderle algo ofendido por su gusto.

—Normalmente traen manzanilla, y quiero mantener mi rubio aunque no salga mucho al sol— le explicó al pelirrojo como si fuera algo de vida o muerte, ¿enserio estaba oyendo esa conversación?

—¡Oh! Ahora todo tiene sentido ¿también te mantiene el pelo suave?— pasó su mano por la cabeza de Luke ¿Qué era eso? ¿Desde cuándo los hombres se preocupaban tanto por su pelo? Eran solo greñas para ellos.

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