Capítulo 4

4.7K 331 17
                                    

Seis meses antes (Julio)

Cassie

Entré en la habitación, aun oscura, tratando de hacer el menor ruido posible, no quería despertarlos, aun.

Observe como la pierna de mi hermano estaba por fuera de la cama, tocando el piso, me sorprendió ver piel bajo la manta de pelos que lo cubría; tenía la boca abierta y el pelo hecho un desastre, en conclusión: se veía fatal.

Luke no lo hacía nada mal, pero al menos mantenía todas sus extremidades dentro del espacio de la cama.

El dedo pequeño de mi pies chocó contra un zapato en el suelo, haciendo que casi gritara, tuve que poner todo de mi parte para no hacerlo, aunque como punto positivo no había sido la esquina de un mueble, no hubiera habido poder humano que evitara que gritara de haber sido ello.

Tomé el zapato entre mis manos, era de Jake, mamá se lo había regalado en navidad junto al par que no se veía por el suelo ¿era necesario ser tan desordenados solo por ser hombres?

Sonreí ante la idea que paso por mi mente, la venganza era dulce, le enseñaría como ser algo más organizado.

Seguí mi camino y muy despacio me pare en la cama de Luke, él se movió, girándose para quedar de costado, no tenía camisa, no importaba la temperatura, los chicos siempre parecían tener calor. Me mordí el labio para no reír, estaba bastante blanco, tal vez le regalara un bronceado artificial, sería lindo verlo naranja.

Tomé aire y me preparé para gritar.

—¡Feliz cumpleaños!— grité y comencé a saltar en la cama, mis piernas estaban a lado y lado de su cuerpo así que tenía que ser cuidadosa o podría caer —¡Feliz cumpleaños a ti! ¡Feliz cumpleaños Lucas Hilton! ¡Feliz cumpleaños a ti!— canté desafinadamente, lo vi cubrirse los oídos, ya había logrado despertarlo.

—¿Quién está matando a un gato para que aúlle de esa forma?— la voz rasposa de Jacob hizo acto de presencia.

Miré el zapato en mi mano y se lo arroje, impacto en su espalda, gritó como morsa.

—Para tu información, los gatos maúllan, no aúllan, tarado— le dije antes de bajar mi vista y mirar a Luke que estaba mirándome divertido —¡Buenos días!— estaba más feliz yo que él, tal vez porque yo llevaba un rato levantada y él había sido despertado por mi melodiosa voz.

—Sí que son buenos— dijo sonriéndome de manera perversa, ladeé la cabeza sin entender muy bien —Que buena vista— bajo sus ojos y yo intenté seguir la misma trayectoria.

Me encontré con que estaba viendo debajo de mi vestido, lastimosamente había olvidado ponerme algo debajo, no había pensado en la posibilidad de él mirando debajo. Sentí la cara caliente y llevé mis manos casi hasta el final de mi pijama, tratando de pegarla a mi piel.

—Nunca había visto corazones tan lindos— siguió molestándome haciéndome poner incomoda, me deje caer en su cama, se escucho un pequeño quejido de su parte, pero no le puse mucha atención, quedé sobre él, pero al menos así no podía verlos.

—Cállate— aun me sentía avergonzada, no era como si todos los días usara ropa interior sexy, no había nadie para que los viera además de mí. Suspiré con alivio al pensar que fueron los cacheteros de corazones y no los de carritos, no quería explicar esa etapa de mi vida, donde adoraba a mate y al rayo McQueen, gajes de pasar tiempo con Ian Sullivan.

Luke abrió la boca para decir algo, pero un zapato impacto contra su hombro, haciéndolo quejarse de dolor y retorcerse debajo de mí.

—Pero ¿qué mier...?— se sobó la zona afectada.

RoommatesWhere stories live. Discover now