Unwritten Vows • Jaeyong •

22

El mayor apretó los dientes. 

—Y tú tienes que dejar de meterte donde no te llaman. 

Mingi simplemente rió, siguiendo a Taeyong por el pasillo. 

Yunho se quedó allí, sintiendo una irritante mezcla de frustración y… algo más que no quería reconocer.

●

Taeyong caminó en silencio por el pasillo con Sion en brazos, sintiendo una punzada en el pecho. Todo a su alrededor le resultaba familiar y, al mismo tiempo, completamente ajeno. La mansión, la calidez en la voz de Jaehyun, la forma en la que Sion le llamaba "papi". Todo parecía formar parte de un rompecabezas incompleto dentro de su cabeza. 

Mingi lo observó de reojo mientras avanzaban hacia la sala de rehabilitación. 

—Te ves más pensativo que de costumbre —comentó, con un tono más suave de lo normal. 

Taeyong suspiró, acomodando mejor a Sion en sus brazos. 

—Anoche soñé con algo… o quizás fue un recuerdo —murmuró, sin mirarlo. 

—¿Quieres hablar de eso? —preguntó Mingi con curiosidad. 

Taeyong titubeó por un momento. 

—Vi a Jaehyun. Estábamos en esta casa… había flores en el jardín y él sonreía. Me estaba abrazando… pero después todo cambió. La imagen se volvió borrosa y de repente estaba solo. Me sentía… abandonado. 

Mingi asintió con comprensión. 

—Eso suena a una memoria que intenta regresar. 

—No sé si quiero que regrese —susurró Taeyong, acariciando distraídamente la espalda de Sion. 

—Tarde o temprano lo hará —Mingi se detuvo y lo miró—. Y tienes que estar listo para enfrentarlo. 

Taeyong apretó los labios. 

—¿Y si recordar solo me hace daño? 

—Entonces tendrás que decidir si vale la pena aferrarte a ese dolor… o soltarlo. 

Antes de que Taeyong pudiera responder, una voz familiar interrumpió la conversación. 

—¡Taeyong! 

Ambos voltearon al mismo tiempo. Yunho estaba parado a unos metros de ellos, con el ceño fruncido y una expresión seria. 

Mingi bufó por lo bajo. 

—Y aquí vamos de nuevo —murmuró. 

Taeyong le lanzó una mirada de advertencia antes de fijar su atención en Yunho. 

—¿Qué pasa? 

Yunho caminó hasta quedar frente a él. 

—Quiero hablar contigo, a solas —dijo, lanzándole una mirada molesta a Mingi. 

El enfermero levantó las manos en un gesto de rendición. 

—Está bien, está bien. No quiero interrumpir su *momento*. Iré a preparar todo para la terapia. 

Mingi le dio una última mirada a Yunho antes de alejarse, pero no sin antes dejar escapar un leve suspiro de fastidio. 

Cuando finalmente estuvieron solos, Yunho fijó su mirada en Taeyong. 

—No tienes que quedarte aquí. Puedes venir conmigo cuando quieras. 

Taeyong lo miró en silencio por unos segundos antes de responder.