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Después de ese beso con Yunho, las cosas no se volvieron incómodas.

No hubo disculpas apresuradas ni miradas esquivas.

Tal vez porque, en el fondo, esto era algo que debía suceder.

Algo que había estado latente entre ambos, esperando el momento adecuado para estallar.

Y Taeyong…

Taeyong no quiso detenerlo.

No pensó en Jaehyun.

No pensó en el pasado.

Solo sintió la mirada hambrienta de Yunho sobre sus labios, el deseo apenas contenido en sus ojos oscuros.

Y esta vez, fue él quien se acercó.

Yunho lo recibió con devoción.

No hubo prisa, no hubo desesperación.

Solo ternura.

Solo caricias lentas, reverentes, como si lo estuviera adorando con cada roce.

Como si fuera frágil, pero también irremplazable.

Como si fuera la joya más preciosa que había tenido entre sus manos.

Y aquello…

Aquello dolió.

Porque era justo lo que siempre quiso sentir en los brazos de su ex marido.

Y nunca lo tuvo.

Tal vez era culpa de las hormonas del embarazo.

Tal vez era la soledad acumulada, la necesidad de sentirse querido, de sentirse deseado sin ser usado.

Pero lo cierto es que el beso se volvió más necesitado.

Más hambriento.

Más desesperado.

Un choque de alientos cálidos, de lenguas explorándose sin timidez.

De cuerpos acercándose sin importar los meses de embarazo, sin importar el peso del pasado.

Las manos de Yunho descendieron con una caricia cuidadosa por su espalda, sosteniéndolo con más firmeza.

Y por primera vez en mucho tiempo, Taeyong se sintió seguro en los brazos de alguien.

El deseo flotaba en el aire, denso e imparable.

Yunho se dejó caer en el sofá, y en cuanto lo hizo, Taeyong subió a horcajadas sobre él, enredando sus brazos alrededor de su cuello.

Sus labios volvieron a encontrarse en un beso ardiente, desesperado, casi voraz.

Las manos de Yunho viajaron con una suavidad reverente por la espalda de Taeyong, sujetándolo con firmeza, trazando cada curva de su cuerpo con devoción.

Taeyong se estremeció.

Era extraño.

Era diferente.

Porque Yunho lo tocaba como si realmente importara.

Como si lo deseara sin prisa, sin egoísmo, sin intención de usarlo y luego abandonarlo.

Como si estuviera sosteniendo algo demasiado valioso como para apresurarse.

Y eso dolía.

Dolía darse cuenta de todo lo que nunca tuvo con Jaehyun.

De todo lo que siempre había merecido y que jamás recibió.

Un gemido bajo escapó de sus labios cuando Yunho profundizó el beso, una mezcla perfecta entre necesidad y ternura.

Unwritten Vows • Jaeyong •Where stories live. Discover now