8

301 39 17
                                        

Sus pestañas revolotearon antes de abrir los ojos, y la primera imagen que encontró fue la de Taeyong observándolo en silencio, con una expresión serena.

Yunho parpadeó un par de veces antes de sonreír con suavidad.

—Buenos días, Yongie… —su voz ronca por el sueño lo envolvió como un murmullo cálido.

Taeyong no respondió de inmediato. Solo se quedó ahí, memorizando cada detalle de su rostro, como si lo estuviera viendo por primera vez… O tal vez como si quisiera recordarlo así para siempre.

Finalmente, suspiró y llevó una mano a la mejilla de Yunho, acariciándola con una ternura que hizo que el corazón del mayor latiera con fuerza.

—Gracias… —susurró Taeyong, su voz apenas un hilo de sonido, pero cargada de un peso inmenso.

Yunho frunció el ceño levemente, levantando una mano para atrapar la de Taeyong sobre su mejilla.

—¿Gracias? ¿Por qué?

El rubio mordió su labio inferior, su mirada desviándose por un segundo, como si intentara ordenar sus pensamientos antes de hablar.

—Por estar aquí, Yun. Por quedarte… Por nunca soltarme…

Yunho sintió que su pecho se apretaba con fuerza. Había esperado tanto tiempo para escuchar algo así, pero ahora que finalmente lo tenía frente a él, había algo en la mirada de Taeyong que lo inquietaba.

Algo que lo hacía preguntarse si lo que venía después era algo que quería escuchar.

—Yong… —intentó hablar, pero Taeyong negó con la cabeza.

—Déjame terminar…

Yunho guardó silencio.

Taeyong tragó saliva y dejó escapar un suspiro tembloroso.

—Sé que lo de anoche no fue solo un impulso… Sé que lo sentí, lo sentiste… Lo sentimos.

Los ojos de Yunho se suavizaron, sus dedos apretando con delicadeza la mano de Taeyong en su mejilla.

—Lo sentí, Yong… —confirmó en un susurro—. Lo he sentido desde hace mucho tiempo.

Taeyong sonrió con tristeza.

—Lo sé… y por eso esto es tan difícil.

Yunho sintió un nudo formarse en su garganta.

—¿Qué quieres decir?

Taeyong apartó su mano lentamente, su mirada temblando con inseguridad.

—No quiero lastimarte, Yunho… No quiero hacerte lo que Jaehyun me hizo a mí.

El mayor sintió su estómago caer.

—No me estás lastimando… —intentó decir, pero Taeyong negó con los ojos llenos de culpa.

—Aún duele… Lo que pasó con Jaehyun… Aún hay una parte de mí que no ha sanado. Y eso no es justo para ti.

Yunho apretó los labios con frustración, pero no podía negar que lo entendía.

Porque Taeyong aún tenía cicatrices abiertas.

Porque Taeyong aún tenía heridas que debían cerrarse antes de poder entregarse por completo a alguien más.

Pero eso no significaba que Yunho estuviera dispuesto a retroceder.

No después de haber llegado tan lejos.

No después de haber sentido lo que sintió en esos brazos.

Así que, con un suspiro profundo, tomó las manos de Taeyong entre las suyas y le regaló una sonrisa suave.

Unwritten Vows • Jaeyong •Where stories live. Discover now