La noche había caído sobre la ciudad, envolviendo las calles en un manto de luces parpadeantes y sombras alargadas. El aire era fresco, pero Yunho se sentía cálido, anticipando el momento en que llegaría a casa.
Allí estarían Taeyong y su pequeño Sion, esperándolo.
Podía imaginarlo claramente: Taeyong en la cocina, moviéndose con gracia mientras preparaba la cena, el aroma de la comida llenando el departamento. Podía escuchar la risa de Sion, los pequeños balbuceos que hacían que cada día valiera la pena.
Ese pensamiento lo hizo sonreír.
Pero de pronto, sus pasos se detuvieron.
Allí estaba.
Una tienda de joyería, aún abierta, con su escaparate brillando bajo la tenue iluminación de la calle. Yunho no supo qué lo detuvo exactamente, pero sintió un tirón en el pecho, una sensación que lo obligó a acercarse.
Sus ojos se posaron en él.
Un anillo plateado con un diamante incrustado.
Brillaba con una elegancia sutil, discreta pero imponente. Era perfecto.
No supo cuánto tiempo pasó mirándolo, pero cuando volvió en sí, ya había cruzado la puerta.
El sonido de la campanilla anunció su entrada, y una vendedora se acercó con una sonrisa cordial.
-¿Puedo ayudarlo con algo?
Yunho tragó saliva. Su decisión ya estaba tomada.
-Sí -dijo con seguridad, señalando el anillo en el escaparate-. Quiero comprarlo.
La vendedora sonrió y asintió, guiándolo al mostrador para mostrárselo de cerca.
Mientras lo sostenía en sus manos, pudo imaginarlo en el dedo de Taeyong.
Pudo ver la sorpresa en su rostro, la emoción en sus ojos.
Pudo ver el futuro que quería construir con él.
Porque si algo tenía claro en este momento era que quería ser el hombre que estuviera a su lado para siempre.
Quería casarse con Taeyong.
♡
Taeyong caminaba de un lado a otro en la sala, con Sion en brazos, intentando calmar su respiración agitada.
Las palabras de Johnny resonaban en su cabeza como una maldita advertencia:
"Es impresionante cómo el hijo de Jaehyun ya creció."
Aquellas palabras lo habían congelado. Lo habían hecho estremecerse como si alguien hubiese jalado de golpe la manta con la que se cubría del frío.
¿Cómo lo sabía Johnny? ¿De dónde sacó esa información?
Su secreto... su mayor miedo estaba a punto de salir a la luz.
-Shhh, pequeño... está bien... -susurró, besando la frente de Sion mientras él se removía en su pecho.
Pero él mismo no estaba bien.
El miedo lo devoraba.
"Si Johnny lo sabe... entonces cualquiera podría saberlo. Jaehyun podría saberlo."
No.
No podía permitirse pensar en eso. No ahora, no cuando había logrado reconstruirse con Yunho, no cuando su hijo tenía un hogar estable. No podía permitir que su pasado volviera a destruir todo lo que había construido.
-Cariño... ¿qué pasa?
La voz de Yunho lo sacó de golpe de sus pensamientos. Él acababa de llegar, dejando las llaves en la mesa y quitándose la chaqueta.
Taeyong levantó la mirada, aún tembloroso, y al ver a Yunho su corazón se apretó con fuerza. Él no podía saberlo.
No podía saber que Johnny ahora tenía en sus manos la verdad que tanto había ocultado.
No podía saber que, a pesar de todo, una parte de él seguía aterrada de que Jaehyun apareciera en su vida para reclamar lo que le pertenecía.
-No es nada... -susurró con una sonrisa forzada- Solo... tuve un día difícil.
Yunho lo miró por un momento, como si intentara leer entre líneas lo que él no decía. Pero, finalmente, suspiró y se acercó, envolviéndolo en un abrazo mientras besaba la cabeza de Sion.
-Estoy aquí ahora -susurró-. Lo que sea, lo enfrentaremos juntos.
Taeyong cerró los ojos con fuerza.
Quería creer en esas palabras.
Pero sabía que el destino no le daría tregua.
Porque ahora Johnny tenía la verdad en sus manos.
♡
El tiempo pasó y la rutina de Taeyong y Yunho se volvió más estable. Sion, aunque aún demandante, comenzaba a dormir un poco mejor por las noches, y eso les daba un respiro necesario.
Ese fin de semana, Yunho decidió sorprenderlos con una pequeña escapada a las afueras de la ciudad. Nada muy lejos, solo un lugar donde pudieran relajarse, respirar aire fresco y alejarse del bullicio de la vida cotidiana.
El destino fue una cabaña rústica rodeada de árboles, con una vista preciosa de un lago. Era un lugar tranquilo, perfecto para disfrutar en familia.
—¿Te gusta? —preguntó Yunho mientras sacaba las maletas del auto.
Taeyong observó el paisaje con una sonrisa suave.
—Es hermoso, cariño. No esperaba esto…
—Quería que tuvieras un descanso. Que nos desconectáramos un poco de todo.
Taeyong lo miró con ternura y besó su mejilla. Yunho siempre pensaba en él, en su bienestar, en hacerle la vida más fácil.
Sion balbuceó en su carriola y los dos rieron.
—Vamos, pequeño —Taeyong lo alzó en brazos—. Este fin de semana es para relajarnos.
Los días en la cabaña fueron pacíficos. Se despertaban con el sonido de los pájaros, desayunaban juntos en la terraza y pasaban las tardes explorando los alrededores. Yunho incluso había llevado una cámara para capturar algunos momentos especiales.
Una de esas noches, después de acostar a Sion, Taeyong y Yunho se quedaron en la sala de la cabaña, con una copa de vino en mano y una manta cubriéndolos del frío.
—Nunca imaginé esto —susurró Taeyong, apoyando su cabeza en el hombro de Yunho.
—¿Esto qué? —preguntó el otro, acariciando suavemente su brazo.
—Ser feliz de nuevo.
Yunho dejó la copa a un lado y lo miró fijamente.
—Mereces ser feliz, mi amor.
Taeyong sonrió, sintiendo cómo su corazón se llenaba de calidez.
No sabía cuánto tiempo duraría esa paz, pero en ese momento no importaba. Lo único que importaba era que tenía todo lo que alguna vez soñó.
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Unwritten Vows • Jaeyong •
Teen FictionCuatro años de matrimonio, un contrato y un destino sellado: la separación. Para Jaehyun, solo era un trámite. Para Taeyong, se convirtió en algo más. Ahora, mientras el final se acerca y Jaehyun parece enamorarse de alguien más, Taeyong se enfrenta...
