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El hospital estaba envuelto en un silencio sepulcral, roto solo por el pitido constante de las máquinas que mantenían a Taeyong estable.

Pero no despierto.

Habían pasado días desde la cirugía y, aunque los médicos lograron salvarle la vida, Taeyong no despertaba. Estaba en coma.

Sion, en cambio, se recuperaba poco a poco en la sala pediátrica. Su cuerpecito aún estaba débil, pero los doctores eran optimistas. Sin embargo, el problema no era la salud del bebé... sino la guerra que se había desatado fuera de la habitación.

Yunho y Jaehyun.

Los dos estaban en la sala de espera, sentados en extremos opuestos, sin cruzarse palabra. La tensión era insoportable.

Hasta que Jaehyun habló.

-Voy a llevarme a Sion.

Yunho lo fulminó con la mirada.

-No.

-No tienes derecho a negártelo. Es mi hijo.

Yunho apretó los puños.

-¿Desde cuándo te importa?

-Desde siempre. Tú fuiste el que decidió que no debía saberlo.

-¡No te atrevas a culparme! -Yunho se levantó de golpe-. ¡No habrías hecho nada si lo hubieras sabido antes!

Jaehyun también se puso de pie, mirándolo con rabia.

-¿Cómo demonios puedes decir eso?

-¡Porque te fuiste! ¡Te casaste con otra persona! Nunca volviste por Taeyong, nunca preguntaste por él!

Jaehyun se quedó callado por un momento.

Pero luego dio un paso adelante, con la mandíbula tensa.

-No vuelvas a decir que no me importa Taeyong.

-¿Ah, no? -Yunho se cruzó de brazos, con una sonrisa amarga-. Dime entonces, Jaehyun... ¿a quién crees que amó Taeyong en todo este tiempo?

La mirada de Jaehyun se oscureció.

-Él me amaba a mí.

-¿Y qué pasó? -soltó Yunho con frialdad-. Porque el que estuvo a su lado fui yo.

Jaehyun sintió como la rabia le subía por la garganta.

-Eso no significa que lo hayas amado más.

-No -aceptó Yunho-. Pero significa que lo cuidé más.

El aire se volvió pesado entre ellos.

-Sion es mío -insistió Jaehyun, su voz grave.

-No, Sion es de Taeyong.

Eso hizo que Jaehyun perdiera la paciencia.

-¡Deja de hablar como si fueras más que yo en su vida!

-¡Si realmente fueras importante para él, no habría acabado conmigo!

Jaehyun lo miró con puro odio.

-¿Eso crees?

-Eso sé.

Los dos se quedaron frente a frente, con los puños apretados, con el peso de todo lo que no dijeron en el pasado cayendo sobre ellos.

Pero ninguno se movió.

Porque en el fondo, ambos sabían que había algo más importante que su pelea.

Taeyong aún no despertaba.

Unwritten Vows • Jaeyong •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora