Taeyong parpadeó, sorprendido. Tomó la bolsa con cautela y miró el pastel.
—No puedo creer que te acuerdes de eso.
—Recuerdo muchas cosas —respondió Jaehyun con voz suave—. Cosas que intenté olvidar, pero que simplemente siguen ahí.
El silencio se alargó entre ellos, cargado de emociones no resueltas. Taeyong suspiró y tomó un pequeño bocado del pastel. Era exactamente como lo recordaba.
Por primera vez en mucho tiempo, se permitió una pequeña sonrisa.
Jaehyun lo notó, y su corazón se aceleró. Quizás, solo quizás, todavía había esperanza.
Esa tarde, Jaehyun se quedó con Taeyong en la habitación de la clínica, asegurándose de que comiera un poco más y descansara. Aunque Taeyong todavía tenía sus reservas, era difícil ignorar lo atento que Jaehyun estaba siendo con él.
—¿Por qué estás haciendo esto? —preguntó Taeyong de repente, rompiendo el silencio.
Jaehyun, que estaba acomodándole la manta, se detuvo un momento antes de mirarlo a los ojos.
—Porque te amo, Taeyong.
Taeyong sintió su corazón dar un vuelco, pero frunció el ceño y apartó la mirada.
—Eso no explica por qué te casaste con otra mujer.
Jaehyun suspiró.
—Lo hice porque creí amarla… pero me dí cuenta que no era así, a quién amo es a ti.
—Aun así, lo hiciste —Taeyong bajó la mirada a sus propias manos, sintiendo un nudo en la garganta—. Y ahora… ahora quieres que simplemente olvide todo y vuelva contigo.
Jaehyun se inclinó un poco más hacia él.
—No te estoy pidiendo que olvides, Taeyong. Te estoy pidiendo una oportunidad para demostrarte que nunca dejé de amarte.
El silencio entre ellos se volvió pesado, y Taeyong no supo qué responder.
●
Yunho estaba sentado en una de las bancas del pasillo, revisando su teléfono sin mucho interés, cuando una voz lo sacó de sus pensamientos.
—¿Cansado?
Yunho levantó la vista y se encontró con Mingi, el enfermero que había estado al pendiente de Taeyong desde que llegó.
—Bastante —admitió Yunho, masajeándose la nuca— No ha sido fácil.
Mingi sonrió con simpatía y se sentó a su lado.
—Debe ser difícil ver todo esto desde afuera.
—No sé si lo llamaría ‘desde afuera’ —Yunho soltó una risa amarga— Pero sí… se siente como si lo estuviera perdiendo poco a poco.
Mingi inclinó la cabeza con curiosidad.
—¿Amas a Taeyong?
La pregunta lo tomó por sorpresa. Yunho parpadeó varias veces antes de responder.
—Sí… lo amo. Pero no puedo obligarlo a quedarse conmigo si él sigue mirando a Jaehyun de esa forma.
Mingi asintió lentamente, observando la expresión de Yunho con atención.
—Debe doler.
—Lo hace —admitió Yunho con sinceridad—. Pero, ¿sabes qué es lo peor? No puedo odiarlo. No puedo odiar a mi hermano porque, en el fondo, sé que él también lo ama.
Mingi lo miró con una mezcla de comprensión y algo más que Yunho no supo identificar.
—Eres una buena persona, Yunho. No cualquiera pondría los sentimientos de otra persona por encima de los propios.
Yunho sonrió levemente, pero en su interior, no estaba seguro de si eso era algo bueno o no.
Mingi lo observó por un momento más antes de levantarse.
—Vamos, te invito un café. Te hará bien despejarte un poco.
Yunho dudó, pero finalmente se puso de pie y siguió a Mingi.
Quizás, después de todo, aún había cosas que podían sorprenderlo.
●
Yunho y Mingi estaban sentados junto a una ventana, cada uno con una taza de café en las manos.
—Entonces… ¿cómo terminaste aquí? —preguntó Yunho, observando al enfermero con curiosidad.
Mingi se encogió de hombros, tomando un sorbo de su café antes de responder.
—Siempre quise ayudar a la gente. No sé, supongo que me gusta sentir que puedo hacer la diferencia en la vida de alguien.
Yunho lo miró fijamente, notando algo en su tono.
—¿Y tú? —preguntó Mingi de repente—. ¿Por qué sigues aquí, a pesar de todo?
Yunho se quedó en silencio por un momento antes de responder.
—Porque todavía me cuesta dejarlo ir.
Mingi sonrió, pero en sus ojos había algo diferente.
—A veces, aferrarse duele más que soltar.
Yunho lo miró de reojo y soltó una risa seca.
—¿Siempre eres así de sabio?
Mingi sonrió.
—Solo cuando la situación lo amerita.
Ambos rieron suavemente, y por un momento, Yunho sintió que la tensión en su pecho se aliviaba un poco.
No podía negar que estar con Mingi era… cómodo.
Luego de un buen rato, Yunho se dio cuenta de que llevaba más de media hora hablando con Mingi, algo que rara vez hacía con alguien que no fuera Taeyong o su familia.
—Entonces… ¿siempre fuiste tan directo? —preguntó Yunho con una leve sonrisa.
Mingi se encogió de hombros, apoyando la barbilla en su mano.
—Digamos que no me gusta perder el tiempo. La vida es demasiado corta como para no decir lo que pensamos.
Yunho soltó una risa baja.
—Debo admitir que es refrescante.
Mingi levantó una ceja con diversión.
—¿Eso es un cumplido?
Yunho lo miró de reojo, fingiendo pensarlo.
—Tal vez.
Mingi sonrió ampliamente, y Yunho sintió algo extraño en su pecho. No era la intensidad del amor desesperado que había sentido por Taeyong, sino algo diferente. Algo ligero, pero cálido.
—Deberíamos salir un día —dijo Mingi de repente, y Yunho parpadeó sorprendido.
—¿Salir?
—Sí, ya sabes, como amigos —Mingi se encogió de hombros con una sonrisa traviesa— A menos que quieras que sea otra cosa.
Yunho sintió un leve calor en sus mejillas, pero disimuló con una risa nerviosa.
—Veremos si sobrevivo a todo este drama primero.
Mingi soltó una carcajada.
—Eso es justo. Pero ten cuidado, Yunho…
—¿De qué?
—Podría gustarte la idea de salir conmigo.
Yunho rodó los ojos, pero no pudo evitar sonreír.
YOU ARE READING
Unwritten Vows • Jaeyong •
Teen FictionCuatro años de matrimonio, un contrato y un destino sellado: la separación. Para Jaehyun, solo era un trámite. Para Taeyong, se convirtió en algo más. Ahora, mientras el final se acerca y Jaehyun parece enamorarse de alguien más, Taeyong se enfrenta...
