De algún modo, eso fue más reconfortante de lo que Yunho esperaba. 

Finalmente, se detuvieron frente a una máquina expendedora. 

—¿Café? —preguntó Mingi, sacando unas monedas. 

Yunho lo miró con incredulidad. 

—¿Sabes qué hora es? 

—¿Y? —Mingi presionó algunos botones—. El café es un derecho humano básico. 

—Más bien una adicción. 

—Llámalo como quieras. 

Mingi sacó dos vasos de la máquina y le extendió uno a Yunho, quien lo tomó con recelo. 

—¿Siempre eres así de metiche? 

Mingi sonrió, soplando su café. 

—Solo con los tipos gruñones y guapos. 

Yunho casi se atraganta. 

Mingi se rió ante su expresión y le dio un golpecito en el hombro. 

—Relájate, solo bromeaba… o tal vez no. 

Yunho parpadeó, sin saber cómo reaccionar. Había pasado demasiado tiempo en un torbellino de emociones con Taeyong y Jaehyun, y ahora tenía a este enfermero que parecía querer sacarlo de su cabeza sin siquiera intentarlo. 

Por primera vez en semanas, Yunho sintió que podía respirar sin que su pecho doliera. 

—Gracias, supongo —murmuró finalmente. 

Mingi alzó una ceja. 

—¿Por qué? 

Yunho lo miró y luego desvió la vista. 

—Por hacerme olvidar mi enojo, aunque sea por unos minutos. 

Mingi sonrió de lado. 

—Para eso estoy. 

Yunho bebió un sorbo de café, y aunque estaba demasiado caliente, por alguna razón, no le molestó en absoluto.

Mingi terminó su café rápidamente y miró a Yunho con curiosidad. 

—Entonces, ¿qué tal si me cuentas un poco más de ti? No quiero que solo seas el chico que parece un volcán a punto de entrar en erupción. 

Yunho se rió, aunque con un tono triste. 

—No hay mucho que contar. Solo estoy aquí por mi novio y mi hijo. Todo gira en torno a ellos en este momento. 

Mingi lo observó, su expresión cambiando a una de comprensión. 

—¿Y cómo te sientes al respecto? 

—Como si estuviera atrapado en una montaña rusa emocional. Algunas veces siento que voy a perderlo todo. Otras, que tal vez esto podría terminar bien. 

—Es normal. El amor puede ser complicado y, a veces, desastroso. —Mingi le dio una palmadita en el brazo—. Pero también puede ser hermoso. 

Yunho asintió, sintiéndose un poco más ligero al compartir. 

—No sé cómo lidiar con esto. Jaehyun y yo hemos tenido nuestras diferencias. Siento que estamos compitiendo por Taeyong y Sion. 

—¿Crees que eso es lo que realmente quieren? —preguntó Mingi, inclinándose hacia Yunho. 

—No lo sé. Jaehyun para que recientemente se ha dado cuenta que ama a Taeyong. Y yo… bueno, yo también lo amo desde siempre. Pero Sion es un niño, no debería estar en medio de esto. 

Mingi se quedó en silencio por un momento, luego dijo suavemente: 

—Lo más importante ahora es que todos estén bien, y eso incluye a ti. No olvides cuidar de ti mismo mientras cuidas de ellos. 

Yunho lo miró, un poco sorprendido por la sinceridad de Mingi. 

—Tienes razón. A veces olvido que tengo mis propias necesidades. 

Mingi sonrió, y por un instante, la atmósfera entre ellos se sintió más ligera, casi como si compartieran un secreto. 

De repente, el timbre de una llamada interrumpió el momento. Yunho revisó su teléfono y vio que era Jaehyun. Se sintió incómodo, así que decidió ignorarlo. 

—¿Todo bien? —preguntó Mingi, notando la tensión en el rostro de Yunho. 

—No lo sé. Tal vez. 

Mingi lo miró con interés. 

—¿Quieres hablar de ello? 

Yunho dudó, pero algo en la forma en que Mingi lo miraba le hizo sentir que podía confiar en él. 

—Es solo que… Jaehyun ha sido un poco posesivo últimamente. No estoy seguro de si quiere lo mejor para Taeyong o solo está intentando aferrarse a él. 

Mingi frunció el ceño. 

—Eso suena complicado. Pero quizás lo que necesita Jaehyun es también un poco de espacio. 

—¿Espacio? 

—Sí, a veces la gente no sabe qué hacer con sus sentimientos, y lo único que pueden hacer es intentar mantener el control. A veces, eso puede salir mal. 

Yunho lo miró pensativo. Mingi tenía razón. 

—¿Y tú? —preguntó Yunho—. ¿Alguna vez has sentido que debes controlar algo? 

Mingi lo miró a los ojos, y Yunho sintió que había una chispa de conexión. 

—Creo que todos hemos estado allí, en un punto u otro. Pero también hay que aprender a soltar. 

Justo en ese momento, se escuchó un grito del otro lado del pasillo. Ambos se giraron y vieron a un médico salir apresuradamente de una habitación. 

—¡Mingi! ¡Necesitamos tu ayuda! 

Mingi se puso en movimiento al instante, su expresión seria y profesional. 

—Ve, te veo después —dijo Yunho, sintiendo una mezcla de decepción y admiración. 

Mingi le lanzó una mirada de entendimiento antes de desaparecer por el pasillo. 

Yunho se quedó allí, reflexionando sobre lo que acababa de pasar. 

Había algo especial en Mingi, y a pesar de la tormenta que enfrentaba con Taeyong y Jaehyun, se dio cuenta de que había una pequeña luz que lo atraía hacia el enfermero.

Tal vez todo no era tan oscuro después de todo. 

Volviendo a su realidad, se dirigió de nuevo hacia la habitación de Taeyong, preparándose para la próxima ronda de complicaciones emocionales.

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Si les gusta el Yungi? Se que esta inesperado esto pero no quería dejar a Yunho en el aire

Unwritten Vows • Jaeyong •Where stories live. Discover now