—Taeyong, ¿recuerdas qué fue lo último que hiciste antes de despertar aquí?

Taeyong pestañeó varias veces, claramente desorientado.

—…Estaba con Jaehyun… en nuestra casa

Yunho dejó de respirar.

Jaehyun se quedó completamente inmóvil.

—¿Jaehyun? —susurró el doctor.

—Sí… —Taeyong frunció el ceño, su voz temblorosa—. Él es mi esposo.

El corazón de Yunho se rompió en mil pedazos.

Jaehyun sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

Porque en los ojos de Taeyong… no había reconocimiento hacia Yunho. No lo recordaba.

El silencio en la habitación se volvió insoportable. Yunho sintió un vacío en el pecho, como si de repente todo el aire hubiera sido arrancado de sus pulmones.

—¿Tu… esposo? —susurró, su voz quebrándose.

Taeyong lo miró con una leve confusión antes de volver la vista a Jaehyun, esperando algún tipo de confirmación.

Jaehyun no sabía qué decir. No podía negar que por un instante sintió algo parecido a esperanza. Pero el temblor en las manos de Yunho, su expresión devastada, lo hicieron aterrizar en la cruel realidad de lo que estaba pasando.

El médico aclaró la garganta.

—Señor Taeyong, es posible que esté experimentando una amnesia postraumática. Necesitaremos hacer más estudios para determinar el alcance de la pérdida de memoria.

—¿Pérdida de memoria? —preguntó Taeyong, su ansiedad aumentando—. No… no entiendo.

El médico le dirigió una mirada comprensiva.

—Señor Lee, ¿sabe cuántos años han pasado desde el 2022?

Taeyong se quedó en blanco.

—¿Han… pasado años?

—Estamos en 2025.

El color desapareció del rostro de Taeyong.

—No… eso no puede ser… —susurró, negando lentamente con la cabeza.

—Tae… —dijo en voz baja, como si estuviera tocando un cristal a punto de romperse—. Estuviste en coma durante meses… y antes de eso… han pasado muchas cosas.

Taeyong negó de nuevo, su respiración acelerándose.

—No… Jaehyun, dime que esto es una broma… dime que estamos en casa y que esto es un mal sueño…

Yunho sintió que su corazón se rompía en mil pedazos al ver a Taeyong buscar desesperadamente el apoyo de su hermano.

Porque en su mundo… Yunho ni siquiera existía.

Pero entonces, una vocecita dulce e infantil irrumpió en la habitación junto a una enfermera, rompiendo la burbuja de dolor.

—¿Pa...papi?

Taeyong giró el rostro rápidamente, su expresión transformándose en absoluta confusión cuando vio al pequeño niño en brazos de una enfermera.

Sion.

El pequeño lo miraba con grandes ojos llenos de emoción y alivio.

Taeyong se quedó petrificado.

—¿Q-qué…?

El niño estiró los brazos en su dirección, con una gran sonrisa.

—¡Papi!

Y en ese instante, Taeyong sintió cómo su mundo entero se desmoronaba.

El tiempo pareció detenerse. Taeyong miraba al niño con una mezcla de confusión y miedo, su mente luchando por encontrar sentido a lo que estaba ocurriendo.

—¿Papi…? —repitió, su voz apenas un susurro.

Sion comenzó a inquietarse en los brazos de la enfermera, estirando sus pequeñas manos hacia él con insistencia.

—Papi… upa…

Taeyong sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

—N-no… yo… —miró a Jaehyun, esperando respuestas, pero lo único que encontró en su expresión fue una mezcla de incertidumbre y tensión contenida. Luego dirigió su mirada a Yunho, quien permanecía inmóvil, con los puños  cerrados.

El pequeño Sion comenzó a sollozar, su frustración evidente.

—¡Papi, papi!

El llanto del niño golpeó a Taeyong como un puñetazo en el pecho. Algo en su interior le decía que debía reaccionar, que ese niño lo necesitaba… pero su mente se encontraba en un torbellino de dudas.

—Déjalo… —dijo Yunho de repente, su voz más dura de lo habitual.

La enfermera vaciló por un momento, pero ante la insistencia del pequeño, finalmente lo acercó a la cama.

Taeyong sintió cómo el aire se le atascaba en la garganta cuando Sion se aferró a él con fuerza, su pequeño cuerpo temblando por el llanto.

—Papi…

Un nudo se formó en su garganta. Sus manos temblaban mientras acariciaba la suave cabecita del niño.

—¿Y-yo…? —su voz tembló—. ¿Yo soy su…?

—Eres su padre, Taeyong. —La voz de Yunho era firme, pero había un evidente dolor en ella.

Taeyong levantó la mirada, buscando desesperadamente una confirmación en los rostros de ambos hermanos, pero todo lo que encontró fueron miradas opuestas. Jaehyun parecía tan tenso que apenas podía respirar, mientras que Yunho tenía los ojos brillantes, como si estuviera al borde de una tormenta.

—¿Por qué no recuerdo nada…? —murmuró, más para sí mismo que para los demás.

—Porque… —Jaehyun tragó saliva, sintiendo que cada palabra que salía de su boca pesaba toneladas— Tuviste un accidente

Pero antes de que alguien pudiera decir algo más, Yunho dio un paso adelante, con el rostro oscurecido por una mezcla de emociones.

—Tienes que recordarlo, Taeyong. Tienes que recordar a Sion… y a mí.

El silencio se hizo pesado. Taeyong sintió su corazón latir con fuerza, pero su mente seguía atrapada en la confusión.

Jaehyun desvió la mirada, cerrando los ojos con fuerza. Porque, aunque no quería admitirlo… había una parte de él que deseaba que Taeyong jamás recordara.

Unwritten Vows • Jaeyong •Where stories live. Discover now