Y hasta que lo hiciera... ninguno de los dos tendría la respuesta que tanto necesitaban.

Los días en el hospital se convirtieron en una rutina pesada, llena de silencios incómodos y miradas cargadas de resentimiento.

Jaehyun y Yunho pasaban todo el tiempo que podían en la sala pediátrica, turnándose para cuidar de Sion, aunque más que turnarse, competían por ver quién pasaba más tiempo con él.

Taeyong seguía en coma.

Y esa incertidumbre solo hacía que la tensión entre ellos creciera.

Jaehyun miraba a su hijo en la cuna, su pequeño cuerpo aún frágil por la cirugía, y no podía evitar sentir una mezcla de rabia y dolor. Ese era su hijo.

Pero cada vez que intentaba acercarse, Sion volteaba a buscar a Yunho.

Yunho, quien lo había cargado, alimentado y consolado en sus peores noches.

Y eso lo destruía.

Esa tarde, Yunho había llegado con un pequeño juguete para el bebé: un osito de peluche marrón con un lazo rojo.

-Mira, Sion -dijo con dulzura, arrodillándose junto a la cuna-, es un osito para ti.

El niño, aún débil pero curioso, estiró las manos y tomó el peluche con una pequeña risa.

-Te gusta, ¿verdad? -sonrió Yunho, acariciando su cabecita.

Sion dejó el osito por un momento y levantó los brazos hacia él.

-Pa... pá.

El mundo se detuvo.

Jaehyun, que había estado sentado en la otra esquina de la habitación, sintió como si el aire le hubiera sido arrancado de los pulmones.

-¿Qué? -murmuró, con el ceño fruncido.

Sion volvió a levantar los bracitos, mirando a Yunho con insistencia.

-Papá...

Yunho tragó saliva, sintiendo un nudo en el pecho. Sabía que esto iba a pasar tarde o temprano.

Pero nada lo preparó para la reacción de Jaehyun.

-No -su voz salió dura, cortante. Se levantó de su asiento y se acercó con pasos pesados-. No, él no es tu papá.

Sion parpadeó con inocencia, sin entender la tensión en el aire entre los adultos que lo rodeaban.

Yunho se giró lentamente hacia su hermano, su expresión seria.

-Jaehyun...

-¡No lo llames así! -su voz se quebró levemente-. ¡Tú no eres su padre!

-Lo he sido desde el día en que nació.

Jaehyun sintió cómo la rabia lo consumía. Eso no era justo.

-Tú... tú le robaste todo. Me robaste a mi hijo.

-¡No te robé nada! Fuiste tú quien lo abandonó sin saberlo!

-Porque me mentiste.

-No te mentí, simplemente nunca preguntaste.

El silencio entre ellos era insoportable.

Jaehyun se pasó una mano por el rostro, tratando de calmar la furia que lo estaba cegando. Ese debía ser su momento.

Era su derecho escuchar a su hijo decir "papá" por primera vez.

Pero no fue así.

Porque cuando su hijo levantó los brazos en busca de consuelo, no lo hizo hacia él.

Unwritten Vows • Jaeyong •Where stories live. Discover now