Unwritten Vows • Jaeyong •

14

"¿Por qué no lo supe antes?"

Se suponía que no debía importarle. Se suponía que Taeyong solo había sido un contrato, algo conveniente para ambas partes. Pero ahora tenía un hijo con él.

Un hijo que estaba luchando por su vida.

Cuando finalmente llegó al hospital, apenas estacionó correctamente el auto antes de salir apresurado. Sus pasos resonaban en el suelo de mármol, su pecho se movía con dificultad por la respiración agitada.

En la sala de espera, encontró a Yunho de pie, con la camisa arrugada y una expresión de ansiedad evidente.

Jaehyun se detuvo frente a él, su corazón latiendo con fuerza.

—¿Dónde está?

Yunho lo miró con un destello de furia en los ojos, pero también con algo más… algo parecido al dolor.

—Está en cirugía. Perdió mucha sangre y… —tragó saliva, como si le costara decir las siguientes palabras—. Necesita una transfusión. Eres el único compatible.

Jaehyun sintió que el aire le faltaba.

—¿Qué… qué más pasó?

Fue entonces cuando Yunho apartó la mirada.

—Taeyong también está inconsciente. Y… —hizo una pausa, con la mandíbula tensa—. Perdió un bebé.

Jaehyun sintió que el mundo se detenía.

¿Un bebé?

El peso de esas palabras lo golpeó como un puñetazo en el estómago. Su mente se nubló, su cuerpo pareció paralizarse por un segundo.

—¿Taeyong… estaba embarazado?

Yunho asintió, y en su mirada había algo parecido a la culpa.

—Sí. Pero el accidente… —exhaló con frustración—. No pudo sobrevivir.

Jaehyun llevó una mano a su rostro, intentando asimilarlo. Era demasiado. Demasiado.

No sabía cómo reaccionar. No sabía qué hacer con toda la ira, la confusión y el dolor que se agolpaban en su pecho. Pero una cosa era segura: alguien le debía explicaciones.

Levantó la mirada hacia Yunho y la rabia estalló dentro de él.

—¿Cómo pudiste hacer esto? —su voz sonó baja, pero cargada de una furia latente.

Yunho le sostuvo la mirada, su postura rígida, como si estuviera esperando esa reacción.

—¿De qué hablas?

—¡De Taeyong! —Jaehyun avanzó un paso, su mandíbula apretada—. ¿De verdad lo embarazaste apenas después de que nos divorciamos?

—¡No te atrevas!

—¡Era mi esposo!

—¡Era tu esposo por un contrato, Jaehyun! —Yunho soltó una risa amarga—. Nunca lo amaste. Y aun así, ¿tienes el descaro de actuar como si hubieras tenido algún derecho sobre él?

Jaehyun sintió que algo dentro de él se quebraba.

—¿Y tú sí, verdad? ¿Apenas te separaste de la empresa corriste a meterte en su cama?

Yunho sintió que le ardía la sangre.

—¡No fue así! —gritó, furioso—. Yo estuve ahí cuando tú lo abandonaste. Yo lo amé. Yo lo cuidé. Y ahora tú vienes a reclamarme cuando ni siquiera sabías que tenías un hijo.

Jaehyun sintió el golpe de esas palabras en su pecho.

—No lo mereces —susurró con amargura—. No mereces lo que tienes con él.