Taeyong no se molestó en voltearse.

Sabía que su esposo estaba mirándolo fijamente, con ese gesto serio que solía usar cuando las cosas no iban como él quería.

Pero esta vez...

Taeyong no iba a doblegarse.

Giró lentamente sobre sus talones y lo enfrentó.

-¿Y bien? -preguntó con calma, cruzándose de brazos-. ¿Qué es tan importante que necesitabas sacarme a rastras de esa fiesta?

Jaehyun entrecerró los ojos.

-No juegues conmigo, Taeyong.

-¿Jugar contigo? -Taeyong dejó escapar una risa amarga-. Eso es irónico, considerando que has jugado conmigo durante cuatro años.

Jaehyun apretó la mandíbula.

-No quiero volver a verte cerca de Johnny.

Taeyong arqueó una ceja.

-¿Y desde cuándo te importa con quién me vea?

Jaehyun dio un paso hacia él.

-Desde que te atreviste a provocarme.

El aire entre ellos se volvió denso, cargado de algo que ninguno de los dos entendía completamente.

Taeyong lo miró fijamente, buscando en sus ojos alguna respuesta.

¿Era rabia? ¿Era celos? ¿O acaso... era miedo?

De un momento a otro, sin previo aviso, Jaehyun se movió.

Fue un impulso, una decisión tomada en medio del caos de su mente.

Antes de que Taeyong pudiera procesarlo, sus labios ya estaban sobre los suyos.

Un beso brusco, cargado de desesperación y rabia contenida.

Taeyong se quedó inmóvil al principio, completamente sorprendido.

Porque esto no era lo que solía pasar entre ellos.

Las veces en las que Jaehyun lo tocaba, lo hacía con frialdad, con una distancia emocional que lo hacía sentir vacío. Pero esto...

Esto se sentía diferente.

Jaehyun no solo lo besaba. Lo devoraba.

Sus manos firmes se deslizaron hasta su cintura, aferrándolo con fuerza, como si temiera que Taeyong desapareciera en cualquier momento.

Y entonces, empezó a despojarlo de su ropa.

Taeyong reaccionó, atrapando las muñecas de Jaehyun en un intento de detenerlo.

-Jaehyun... espera.

Pero el mayor no se detuvo.

Su boca descendió por su mandíbula, bajando hasta su cuello, dejando besos hambrientos que hicieron que un escalofrío recorriera el cuerpo de Taeyong.

-Dime que no lo disfrutaste -La voz de Jaehyun era baja, rasposa contra su piel-. Dime que no prefieres al maldito Johnny antes que a mí.

Taeyong apretó los labios, sintiendo cómo su respiración se volvía errática.

Jaehyun estaba celoso.

Realmente celoso.

Y eso lo hacía actuar de la única manera que sabía. Poseyendolo.

Pero... ya era demasiado tarde para eso, ¿no?

Taeyong cerró los ojos por un instante, intentando ignorar cómo su cuerpo reaccionaba instintivamente a cada toque, a cada beso.

Pronto, la ropa fue arrancada sin miramientos, cayendo al suelo como si nunca hubiese importado.

Y tal vez nunca lo hizo.

Taeyong sintió su piel erizarse bajo el contacto ardiente de Jaehyun. Su respiración estaba agitada, entremezclada con la sensación de ser atrapado en algo que no podía controlar.

Porque Jaehyun no lo estaba besando con amor.

Lo estaba reclamando.

Sus manos recorrieron su cuerpo con firmeza, sin titubeos, dejando claro lo que quería.

Poseerlo.

Marcarlo.

Hacerle entender-hacerle sentir-que seguía siendo suyo.

Porque Jaehyun no compartía.

Porque Jaehyun odiaba que alguien más se atreviera siquiera a mirar lo que él había dado por sentado.

Cuando lo empujó contra la cama, no hubo delicadeza.

No hubo caricias dulces ni susurros suaves.

Esto no era ternura.

Esto era puro deseo, una rabia disfrazada de necesidad, un reclamo silencioso que Jaehyun ni siquiera se atrevía a decir en palabras.

Se posicionó detrás de él tomando su grande miembro para llevarlo a la entrada de su joven esposo.

Sus cuerpos desnudos encajando perfectamente, el calor de su piel fusionándose en un solo latido sofocante.

Taeyong cerró los ojos, sintiendo cómo la respiración de Jaehyun chocaba contra su nuca, mientras su marido empezaba a adentrarse en él, abriendo consigo su cavidad y dejando que empezará con las primeras estocadas que no eran para nada suaves.

No había besos.

No había ternura.

Solo una necesidad feroz de demostrarle a cualquiera que lo hubiera visto esa noche que él tenía dueño.

Pero entonces, entre el caos de todo esto, entre la pasión y la rabia...

Taeyong sintió algo más.

Algo que Jaehyun estaba intentando esconder.

Porque si bien sus estocadas eran fuertes, desesperadas, había un leve temblor en sus dedos cuando deslizaban por sus caderas.

Porque si bien su boca se aferraba a su cuello con fuerza, sus labios se quedaron más tiempo de lo necesario, como si quisiera memorizar el calor de su cuerpo.

Porque si bien decía que esto era solo para marcar territorio...

Su agarre temblaba con miedo.

Miedo a perderlo.

Miedo a que todo esto fuera la última vez.

Taeyong abrió los ojos y apretó los labios, dándose cuenta de que tal vez...

Jaehyun no estaba listo para admitir que lo necesitaba.

Pero él ya estaba demasiado cansado de esperar.

Setso jaeyongesco para no perder la racha vvs

Voten y comenten o me desaparezco otra vez

Unwritten Vows • Jaeyong •Where stories live. Discover now