—No fue necesario. —Johnny tomó un sorbo de su vino, mirándolo de reojo—. Tu esposo y yo hicimos clic de inmediato. Es encantador, ¿no lo crees?
Jaehyun entrecerró los ojos.
—Sí. —Su voz fue suave, pero con una nota de algo más profunda, casi peligrosa—. Lo sé.
Taeyong sintió un escalofrío recorrer su espalda. Nunca antes lo había escuchado hablar así.
Johnny dejó su copa en la mesa y se inclinó ligeramente hacia Taeyong, lo suficiente para que Jaehyun lo notara.
—¿Te gustaría que te acompañe a tomar aire? —preguntó, su voz llena de sugerencia.
Jaehyun pareció endurecerse a su lado, y antes de que Taeyong pudiera responder, sintió una mano firme rodear su muñeca.
—No es necesario —Jaehyun habló con calma, pero su agarre decía lo contrario.
Taeyong lo miró con incredulidad.
—¿Desde cuándo decides por mí? —preguntó en un tono que Jaehyun no estaba acostumbrado a escuchar de él.
Los ojos de Jaehyun brillaron con algo que Taeyong no supo descifrar.
—Desde que te convertiste en mi esposo.
Hubo un silencio tenso.
Johnny soltó una risa suave, disfrutando del espectáculo.
—Vaya, parece que finalmente recordaste que estás casado.
Jaehyun no apartó la mirada de Taeyong.
Y por primera vez en cuatro años, pareció tener miedo de perderlo.
Taeyong sintió su corazón martillear contra su pecho. Quería apartarse, quería gritarle que era demasiado tarde, que ya no importaba.
Pero entonces, Jaehyun hizo algo inesperado.
Sin soltar su muñeca, entrelazó sus dedos con los de él.
Una muestra de posesión. Una advertencia.
Y aunque Taeyong sabía que no debía permitirlo, su cuerpo no reaccionó para apartarse.
No todavía.
El agarre de Jaehyun en su mano era firme, casi desesperado, pero su rostro no mostraba ninguna emoción evidente. Siempre tan controlado, tan difícil de leer.
Pero esta vez, Taeyong sintió algo diferente en él.
Su piel quemaba donde sus dedos estaban entrelazados, un contacto que normalmente hubiera sido frío, distante.
Esta vez no lo era.
Johnny los observó con una sonrisa divertida, como si disfrutara ver a Jaehyun retorcerse internamente.
—¿Y bien, Taeyong? ¿Qué decides? —preguntó Johnny, con un tono de reto
Jaehyun apretó su agarre con sutileza, como si con solo ese contacto pudiera hacer que Taeyong tomara la decisión correcta. La decisión que él quería.
Pero Taeyong no era el mismo de antes.
Con suavidad, deslizó su mano fuera del agarre de Jaehyun. No con brusquedad, pero sí con una firmeza que no admitía discusión.
Jaehyun sintió el vacío inmediato.
Su expresión se endureció.
No lo había esperado.
Por primera vez en cuatro años, Taeyong lo estaba rechazando.
—Creo que sí necesito aire. —Taeyong sonrió con gentileza, pero su tono fue frío. Luego se giró hacia Johnny—. ¿Me acompañas?
Johnny, complacido, extendió su brazo con elegancia.
—Por supuesto.
Y sin mirar atrás, Taeyong se fue con él.
Jaehyun se quedó inmóvil, observando cómo su esposo se alejaba con otro hombre. Un hombre que lo miraba con una admiración que él nunca le había dado.
Un hombre que lo veía.
Jaehyun sintió algo que no entendía crecer en su pecho.
¿Rabia? ¿Frustración? ¿Miedo?
No, no era miedo.
Era pérdida.
Porque por primera vez, sentía que Taeyong se le estaba escapando de las manos.
Y lo peor de todo…
Era que tal vez, solo tal vez, se había dado cuenta demasiado tarde.
●
Johnny escuchaba con atención mientras Taeyong le contaba su trágica historia con Jaehyun. Cada palabra, cada pequeño detalle, hacía que su pecho se apretara con una mezcla de compasión y rabia contenida.
Sabía que Jaehyun le era infiel. Todos en ese círculo lo sabían.
Pero lo que Johnny jamás imaginó era que Taeyong había estado atrapado en un matrimonio vacío por un maldito contrato.
Observó el rostro del rubio, su sonrisa amarga, la resignación en sus ojos. Era hermoso, pero también estaba roto.
Y Johnny odiaba ver eso.
Fue entonces cuando una idea se formó en su mente.
Hace un momento, en la sala, había sido testigo de algo curioso. Jaehyun reaccionaba a base de celos.
Apenas vio que alguien más se acercaba a su esposo, había cambiado su actitud por completo. Quizá esa era la única manera de hacerle ver lo que estaba a punto de perder.
Johnny miró a su alrededor con discreción y notó algo interesante:
El balcón en el que estaban tenía una vista perfecta hacia el interior del salón, justo donde Jaehyun seguía sentado con su amante, intentando—sin éxito—seguirle la conversación.
Pero sus ojos no estaban en ella.
Estaban en Taeyong.
Y eso le dio la confirmación que necesitaba.
Johnny se inclinó un poco hacia él, acercándose lo suficiente para que su voz fuera solo para sus oídos.
—¿Quieres que Jaehyun se dé cuenta de lo que está perdiendo?
Taeyong parpadeó, sorprendido por la pregunta.
Johnny sonrió de lado, su expresión llena de astucia.
—Dame un beso
Taeyong frunció el ceño.
—¿Qué?
—No en los labios, claro —Johnny deslizó un dedo por la copa de vino en su mano—. Solo un roce, aquí —Señaló la comisura de su boca— Algo que se sienta íntimo, como para que Jaehyun no pueda ignorarlo.
Taeyong tragó saliva.
Sabía que Jaehyun los estaba mirando. Lo sentía.
Podía ignorarlo y seguir con la velada, como siempre. O podía darle un pequeño empujón a la situación.
Decidir que por una vez, solo una vez… él también podía jugar este juego.
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Unwritten Vows • Jaeyong •
Novela JuvenilCuatro años de matrimonio, un contrato y un destino sellado: la separación. Para Jaehyun, solo era un trámite. Para Taeyong, se convirtió en algo más. Ahora, mientras el final se acerca y Jaehyun parece enamorarse de alguien más, Taeyong se enfrenta...
