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°°°

Nos besamos un largo rato esa noche, sin pasarnos de la mano y nos quedamos juntos hasta que me sentí lo suficientemente cansada para querer volver a la posada e irme a la cama. Él me acompaño sin alejarse mucho de mi lado y luego nos despedimos, con más cariño del que diría que estaba acostumbrada.

Fue una noche bonita, sin duda, pero no estaba del todo tranquila. Estaba algo inquieta por tanto contenido en tan poco tiempo y especialmente porque Xiao no habría intentado hablar mucho de que demonios estaba pasando, sin embargo, eventualmente recibí sus palabras de arrepentimiento.

Específicamente ocurrió dos días después de nuestro reencuentro, en el techo de la posada donde alguna vez nos habíamos reunido a comer pie de manzana.

—Lo medite—Dijo de repente totalmente fuera del tema de conversación.

—¿Qué meditaste? —Me apresure ansiosa por sus palabras.

Él continuó.

—Yo… Reflexione por mucho tiempo lo nuestro—Bajo la mirada ocultando su rostro con su cabello y sus hombros—No tenía que verse como que volviera con el rabo entre las piernas—Sonó molesto y chasqueo la lengua—Lo siento…

Enfoque mi visión en él, sabía que iba a ser una interrupción interesante y mi ansiedad por una respuesta clara evito que lo interrumpiera.

—Ya estaba harto de verte a la distancia. Creí que alejarme haría que este sentimiento desapareciera, pero nunca dejo de estar ahí y… vivir sólo con mantenerte segura de la oscuridad tal vez no es suficiente.

—¿Qué quieres decir con eso? —Me dirigí hacia él sin terminar de entender lo que expresaba.

Xiao suspiró.

—Quiero decir que quiero protegerte—Me miro—Y me canse de hacerlo desde las sombras—Se tomo una pequeña pausa antes de continuar—Cometí un error relacionándome de esa manera contigo y ahora mismo estoy siendo irresponsable y débil al volver a ti, pero creo que simplemente ya no quiero volver a alejarme y yo… Necesito que comprendas lo que conlleva esto, no tengo tiempo para estar atento a ti como una pareja común y corriente.

Algo hizo clic en sus palabras y las mías salieron sin pensarlo.

—Puedo lidiar con eso, lo que no soporto es tu miedo al compromiso—Dije en un tono serio, sintiendo un fuerte escalofrío en mi estómago y un peso menos en mis hombros—Te asustó tanto perderme físicamente que preferiste perderme emocionalmente—Fruncí el ceño molesta y lo mire—Yo no soy como tu, tu mismo lo dijiste: Soy una humana. Mi destino es morir. Se qué me dices que ya no, pero, ¿En serio preferiste romperme el corazón antes que intentar… no sé, luchar por nuestro amor?

¿Por mi amor?

Xiao no dijo una sola palabra y en vez de agregar algo más a mi riña solo bajo la mirada, como aceptando la responsabilidad de sus actos. Sentí como se me encogía el corazón por ello.

—Lo siento, agradezco que vuelvas dispuesto a estar conmigo, pero no puedo dejarlo de lado tan fácil como si nada hubiera pasado.

Era una verdad inevitable y olvidar un dolor tan profundo no era tan fácil después de todo, era algo que necesitaba que él fuera capaz de entender, necesitaba saberlo y aunque al inicio no dijo nada, se que pudo descifrarlo.

«Voy a arreglarlo»

¿Pero iría a hacerlo realmente? ¿Era yo, capaz de confiar tanto nuevamente?

Fue una incógnita que mantuvo mi mente ocupada el tiempo suficiente para detener una parte de mis actividades en el pasar de los días. ¿Qué tan difícil era volver a confiar? Seria confiar en que tendríamos una relación sana… No, un poco más sana desde ahora.

Y Xiao tendría que demostrarlo porque no volvería a llorar por él como lo hice alguna vez y se lo deje en claro.

—No volveré a estar para ti si la historia se repite, Xiao.

No volveré a estar.

Pero mientras más repetía esa frase en mi cabeza, mientras mas temía él mas aparecía. Como si leyera mi mente, cada vez que pensaba en ello él volvía a posarse en mi ventana y me traía una flor, con la diferencia que ahora no solo eran los lirios de cristal de antes, ahora traía flores de todos los colores.

De todas las razas.

Llegue a dudar sobre si estaba siendo genuino conmigo o si sólo era el resultado del miedo al rechazo que antes no le habría dado, pero lo ignore. Lo ignore con cada encanto, con cada beso “desinteresado” en la mejilla.

Con cada abrazo… Con cada caricia…
Lo ignore hasta que contenerlo se convirtió en una tortura y él con su propia intuición se dio cuenta de ello.

—Estas inquieta.

Me acomode una vez más en mi cama y evité su mirada.

—Ni tanto.

—Estas ocultando algo, puedo verlo.

—Para nada.

—No me mientas—Me miro con intensidad—Se cuando lo haces, por favor dime la verdad.

Su rostro expresaba seriedad, intimidante pero lo suficientemente comprensivo como para continuar con mi mentira, entonces le respondí con honestidad:

—Tengo miedo de que no resulte… —Apreté mis puños clavándome las uñas—Tengo miedo de que vuelvas a alejarte de mí.

Se abrió paso entonces a un silencio, solo interrumpido por el movimiento de Xiao sentándose al borde de mi cama.

—¿Tienes hilo?

—¿Hilo?

—¿O tienes cuerda? Lo que sea que se asemeje.

Negué con la cabeza, confundida. Él suspiro y pronto busco con su bolso.

—¿Qué vas a hacer?

No me respondió y pronto saco un tubo de papel, cerrado con una cuerda roja relativamente larga. No termine de entender el punto de lo que hacía hasta después de arrugar el papel, puesto que habría tomado mi mano…

Me miro a los ojos antes de cruzar sus dedos con los míos y empezó a unir nuestras muñecas con la cuerda, en un amarre resistente pero indoloro y habiendo terminado se acomodó a mi lado en la cama, mirándome en el mismo silencio en el que empezó.

Apreté más fuerte su mano.

—En otras culturas los recién casados amarran sus manos y duermen asi su primera noche —solté

Xiao se sonrojo y evito mi mirada, yo reí nerviosa.

—Lo siento…

—Interprétalo como quieras, debes entender a que me refiero.

Lo pensé un momento y luego asentí, sintiendo un impulso y un calor en mi pecho.

—Tal vez quiero que me lo digas.

Sus ojos conectaron con los míos, dándome un escalofrío.

—No voy a dejarte—Dijo, con absoluta seguridad.

—No vas a dejarme… —Repliqué.

Repetí la frase infinitamente en mi cabeza, pues habría movido mi corazón con fuerza.

No vas a dejarme…

Xiao, tembloroso, beso mis labios y mis mejillas con cariño, yo seguí con aquella idea dando vueltas mi cabeza mientras experimentaba como el latir en mi corazón aumentaba.

No vas a dejarme…

No vas a dejarme…

Sentí ganas de llorar y volví a apretar su mano.

—Prométeme que no vas a dejarme.

Me miro con seriedad y respondió:

—Nunca.

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⏰ Недавно обновлено: Apr 21 ⏰

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