SUBLIME

3

—¡Auxilio!

El canasto de manzanas que traía cayó al suelo pero fue algo de menor imporatancia en mi enfoque a retroceder y alejarme de los hilichurls que se acercaban en grupo a mi. Que mal, no tenía nada al alcance para defenderme y cuando hice mi esfuerzo por levantarme y correr me agarraron del cabello y mi vestido, raasgandolo con sus sucias garras y luego sujetandome por las extremidades.

—¡No! ¡Sueltenme! ¡Ayuda!—Grité desesperada, mirando hacia la posada que se veía tan cerca pero tan lejos—¡Ayuda por favor!

Me moví con desesperación hasta que un destello detuvo el tiempo.

Detuvo el momento, detuvo todo cuando unas manos ajenas fueron las que sostuvieron mi cuerpo. Entonces sólo tuve el tiempo para escuchar mi ropa rasgarse una vez mas y parpadear, encontrandome con el bello rostro del adeptus.

Respiré profundo y sólo ese tiempo fue suficiente para que este me dejara en el suelo y luego corriera hacia los hilichurls, acabandolos de un abrir y cerrar de ojos.

Se quedo entonces dandome la espalda, recibiendo la suave brisa.

—Gracias... —Permanecí mirandolo absorta en la belleza de su figura al amanecer.

No me respondió.

Sólo permanecía en su sitio, con la respiración agitada hasta que su izquierda subió a su rostro, así quitándose una curiosa máscara.

Tome algo de aire, acomodandome para volver a levantarme y antes de lograrlo él se dió la vuelta. Me asuste en primera instancia pues sostenia su lanza con firmeza y apuntando hacia mi, pero pronto me di cuenta que en realidad no quería hacerme daño o algo así.

Bueno, acababa de salvarme, no había razón para pensar eso pero si me asuste, hasta que vi que en la punta de su lanza sostenía intacta la canasta de manzanas que antes traía.

Por poco pasa un minuto en que sólo miré la canasta.

—¿Lo tomarás o no?

Di un pequeño salto por el susto.

—¡Sí! Si... Voy... —Saque la canasta con cuidado y levante la mirada con una sonrisa—Gra...

La brisa soplo una vez más, Xiao había desaparecido.

Suspiré y abracé la canasta.

—Gracias Xiao.