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Entonces desde ese día las visitas nocturnas de Xiao aumentaron. La belleza de los lirios que me traía parecia incrementar, como el tamaño de sus petalos, como la dimensión de mi constante estado de euforia cuando cruzaba mi ventana y me entregaba—de vez en cuando— una tímida sonrisa.

—¿Cómo llegaste aquí...?

Deje de concentrarme en la suavidad de su mano que acariciaba mi piel y alcé mi mirada a sus ojos que me miraban fíjamente. No tuve respuesta alguna los primeros segundos. Luego, mientras aun contemplaba el brillante color de sus ojos me dedique a mirar hacia atrás en mi vida.

¿Cómo llegue a la posada?

La respuesta es sencilla.

—Necesitaba un trabajo.

Pero se extendía mas allá de eso.

—¿Eso es todo?

Pensé en el rostro de mi padre y mi abuela y en la belleza de la siembra en la Aldea Chigste. El sol que alumbraba a mi ventana cada mañana, la infaltable risa de mi hermano, el calor, la ropa ligera y la textura del suelo de mi antigua habitación. Entonces la nostalgia se sintió dolorosa y las palabras salieron poco a poco de mi boca.

«Un día, simplemente, papá murió»

No era suficiente.

Un día, simplemente...

«Quede sola y todo cambió»

Y me tragué las lágrimas, porque llevaba meses sin saber de mi abuela y mi pequeño hermano, meses aguantando este trabajo para poder sustentarlos, meses con tanta carga y estrés y meses...

En silencio, lidiando con esa perdida y la dolorosa nostalgia.

Me fije en Xiao, que me miraba preocupado, seguramente porque las lagrimas inevitablemente escaparon cuando pude sentir su potente mirada y sus manos en mi rostro, mientras me decía con su mejor tono.

—Yo estoy para tí.

El arpa empezó a entonar su más dulce melodía y entonces pude ver en sus ojos que toda su atención estaba puesta en mi. El latido de mi corazón nunca se sintió tan fuerte.

—Júramelo.

—Te lo juro.

Termino de acariciar mi rostro y me dio un beso que me hizo sentir infinita.

Ya no sólo me gustaba, no había forma en que pudiera dudar de ello.

Y tal como ese sentimiento fue en aumento, como vi su bonita cara tan cerca de la mía tan seguido, como sentí sus brazos al rededor de mi cuerpo por la noche, como sentí su rostro contra mi pecho, tratando de conciliar el sueño y como me sentí en la luna, en marte, en venus y en saturno simultáneamente, de la noche a la mañana, todo lo que el tiempo construyó pareció volver al inicio.

—Xiao—Llame su atención por última vez esa fría temporada—Te amo.

SUBLIMEWhere stories live. Discover now