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—¡Un brindis por nuestra cumpleañera! ¡Y nuestra mejor repostera!

Un choque de copas estruendoso invadió la gran habitación y las gotas de champaña saltaron al rededor, seguramente no solo cayendo en mi mano sino también en una buena parte del montón de trabajadores sentados en esa gran mesa decorada con un mantel blanco y montones de comida, junto con un bonito pastel que no había tocado, pero que tenía su mejor aspecto y seguramente también su mejor sabor.

Quizás habría tenido deseos diferentes al tratarse de mi cumpleaños, pero fue una bonita fiesta sorpresa y no iba a quejarme después de que el resto se hubiera esforzado tanto para hacerme feliz ese día.

—¿No vas a tocar tu pastel? 

—No tengo mucha hambre... Gracias—Le entregué una sutil sonrisa a Yanxiao—Lo haré luego.

—Es impresionante el progreso que has logrado a lo largo de estos meses—Mi jefa se acercó y se sentó a mi lado—Quien diría que pasarías de ser una trabajadora más a ser una excelente repostera, haces unos pasteles increíbles y tu pie de manzana...

—¿Mi regalo de cumpleaños será un aumento, verdad?—Bromeé.

—Voy a pensarlo querida. 

Sonreí y miré a mi alrededor. El ambiente era ruidoso, pero se sentía bien y fue así hasta que mis ojos se detuvieron en una cabellera negra que se asomó por una de las ventanas.

Captó mi atención, por supuesto, también la de mis nervios, pues se me detuvo el mundo y el corazón me golpeo con fuerza.

¿Acaso era...?

Inquieta contuve la respiración, pero pronto exhalé volviendo a mi paz. Se había dado vuelta revelando a alguien más. 

Honestamente, era la primera vez en mucho tiempo que pensaba en él... Más bien que algo me recordaba a él y de alguna forma no pude evitar pensar en eso toda la noche, pues a pesar del tiempo era una mentira decir que lo había superado del todo. El hecho me dejo notablemente pensativa y el recuerdo me generaba sentimientos fuertes, pero hice lo que pude por ocultarlo y aunque pareció ir bien para mí y el resto, tal vez no del todo para alguien más.

—¿Te sientes bien?—El chef me aparto en un rincón de la cocina cuando ya todos habrían vuelto a sus tareas habituales o simplemente a su hogar.

Lo miré, "confundida" y asentí rápidamente dando una sonrisa nerviosa. 

—Claro, es mi cumpleaños, me siento bien, ¿Por qué ocurriría algo malo?—Guarde unos utensilios.

—Sigues buscando a ese Yaksha ¿Verdad?

Y me detuve. 

—No sé a qué se refiere

—Sabes perfectamente a que me refiero. 

Claro que lo sabía, no querer hablarlo marcaba la diferencia.

—Ya... ha pasado mucho tiempo, no quiero hablar de eso.

—Sabes también que ya es tiempo de que sanes—Insistió—cuanto ha pasado, ¿Un año?

—Un año, tres meses.

Y quince días, desde la última vez que estuvimos juntos.

—Y es hora de que sigas adelante con tu vida.

—Lo se Yanxiao—Subí y marqué mi tono de voz alejándome de él—Solo déjalo, por favor no quiero hablar de esto.

—Yo solo digo que no puedes seguir así, niña. 

—¡Ya no me digas niña! ¡No soy una maldita niña!—Alce la voz ya harta de su insistencia—Sé que no estuve de lo mejor, sé que me dejo una herida espantosa—Mi voz tembló un poco—Sé que dolió muchísimo y me tuviste que consolar y todo eso, sé que ya debería estar bien, pero por lo menos ya no duele igual.

SUBLIMEWhere stories live. Discover now