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Disociar puede salvarte de las cosas malas de vez en cuando, o aquellas que no te gustan del todo pero que casualmente solo dejas que ocurran.

Es curioso, porque crea la posibilidad de ver lo que ocurre en tercera persona y entrar en un estado de anestesia respecto a tus sentidos y fue mi caso hasta que su voz me trajo de vuelta a mi cuerpo.

—¿Te sientes bien?

Lo mire, ya había terminado todo y apenas lo estaba procesando. Entonces tome conciencia de mis movimientos, de su mano que acariciaba mi vientre bajo y de su cabello desordenado. También de mi desnudez y de la suya que empezo a sentirse extraña.

—Si—Quité su mano y me senté en la cama.

Las piernas me temblaban.

—No pareciera—se acerco y segundos después empezo a masajear mis hombros y se acerco a mi oído —Podemos repetir el buen rato, dulzura.

La repulsión en su máxima expresión me atacó y me alejé.

—No. Estoy bien así.

Sin dar muchos rodeos tome mis cosas y me retiré. No se que fue lo que paso por mi mente ni que fue el acto impulsivo que me llevo a terminar ahí pero tras ello mi mera reacción fue gastar horas en una tina con agua fría, lo cual se hizo parte de mi rutina por unos días. Ya no lloraba, solamente pensaba en como llegue hasta esa parte de mi vida y en como mi relación con Xiao me estaba afectando.

Como su falta me golpeo con tanta fuerza en el corazón y me pregunte incesantemente cual fue mi error en todo nuestro trayecto.

—Xia...o...

Susurré su nombre. Escuche un movimiento pero lo deje ser parte de mi imaginación puesto que sabría que él no vendría pero si esperaba algo, no era a nadie. En cambio la visita fue diferente.

—No pareciera que te sientes muy bien.

—Fuera de aquí—Termine de abrazar mis piernas y hundirme en el agua—No va a volver a pasar, espero que lo tengas claro.

—Creo haberme dado cuenta de eso.

Kaeya, Caballero de favonius, se sentó sobre un mueble al lado de la tina. Dentro de mi pequeño espacio hice el esfuerzo de alejarme de él.

—Que quieres.

—¿Esa agua esta fría?

—Que demonios quieres, Kaeya.

—Solo quería preguntar por ti, pareciera que no puedo estar preocupado—Dijo con tragedia.

—¿Por qué te creerías en tu derecho?—Intente encararlo—Lograste metermela y ahora te preocupas por mi, eres la peor definición del hombre promedio.

Se quedó en silencio.

Creí que se defendería pero al contrario, pasado un minuto sin palabras, empatizo a su forma, lo suficiente para haberle contado, sin querer, un tercio del problema. Tuvo pocas palabras que decir y no fue nada que no fuera a esperar de cualquier otra persona, pero el apoyo se sintió reconfortante puesto que antes de él no lo habria tenido de nadie mas y me dijo aquellas palabras que yo misma no fui capaz de pensar.

«No te mereces esto. Piénsalo de ese modo»

Tenía razón pero no es algo tan facil de procesar cuando das tanto de ti a otra persona en el menor tiempo posible. Hice lo que pude por justificar sus actos, sin embargo siempre llegaba a nada, después de todo apenas lo conocía. Aun con todo, él sabia más de mi de lo que yo llegue a saber de él y seguramente mi vacío era mas grande.

O tal vez siempre lo fué.

Con las cosas consideradas Yanxiao no contaba realmente como un amigo en ese lugar y la única persona con la que gaste más tiempo en el último mes no habría sido nada mas ni nada menos que Xiao.

Mientras mas lo pensaba, mas empeoraba. Como si no pudiera ser todo más nefasto había olvidado lo que se sentía pasar tanto tiempo a solas y ya no solo extrañaba su cariño sino también su compañía.

SUBLIMEWhere stories live. Discover now