—Buenos días. ¿cómo ha dormido esta noche?
—Un poco mejor.
—Me alegra escuchar eso. ¿Se acuerda de lo que me contó en la sesión anterior?
—Claro. Todavía no he perdido la memoria.
—Me gustaría que me describiera en qué pensaba mientras lo hacía.
—Doce, trece, catorce, quince.
—¿Disculpe?
—Dieciséis, diecisiete, dieciocho, diecinueve.
—Ya veo.
—Veinte, veintiuno, veintidós, veinticuatro.
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Hora Veintitrés
Science FictionA finales de otoño de 2045, cuando desperté en el hospital de El Loto, la ciudad maldita a la que me enviaron mis padres cuando cumplí los 4 años, no habría sido capaz de imaginar que ser asesinado durante el verano del año próximo podía convertirse...
