—Los enfermeros han dicho que ha pasado mala noche. ¿No está cómodo?
—No es que no esté cómodo.
—¿Qué es entonces?
—Le resultará complicado creerme, pero ya me había acostumbrado a tener mil ojos encima.
—¿Insinúa que alguien le espiaba?
—Entre usted y yo. Éramos grabados. Día y noche. Las 24 horas. Uno al final acaba creyendo que los necesita. Que estamos enfermos y que necesitamos que nos cuiden. Por eso estoy aquí, ¿no?
—Usted está aquí por lo que hizo.
—Hemos terminado de hablar.
ESTÁS LEYENDO
Hora Veintitrés
Science FictionA finales de otoño de 2045, cuando desperté en el hospital de El Loto, la ciudad maldita a la que me enviaron mis padres cuando cumplí los 4 años, no habría sido capaz de imaginar que ser asesinado durante el verano del año próximo podía convertirse...