HORA TRES

46 20 12
                                    

—Los enfermeros han dicho que ha pasado mala noche. ¿No está cómodo?

—No es que no esté cómodo.

—¿Qué es entonces?

—Le resultará complicado creerme, pero ya me había acostumbrado a tener mil ojos encima.

—¿Insinúa que alguien le espiaba?

—Entre usted y yo. Éramos grabados. Día y noche. Las 24 horas. Uno al final acaba creyendo que los necesita. Que estamos enfermos y que necesitamos que nos cuiden. Por eso estoy aquí, ¿no?

—Usted está aquí por lo que hizo.

—Hemos terminado de hablar.

Hora VeintitrésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora