CAPITULO 13

31 2 0
                                    

- ¡Eh! ¿Tae? ¿Qué quieres?

Bajé la vista, me ardían las orejas. Me recordé a mí mismo que no había motivoalguno para sentirme cohibido. No había hecho nada malo.

- ¿Qué le pasa a Tae? -le preguntó Mike a Jessica.

-Nada -contesté-. Hoy sólo quiero un refresco.

Me puse al final de la cola.

- ¿Es que no tienes hambre? -preguntó Jessica.

-La verdad es que estoy un poco mareado -dije, con la vista aún clavada en elsuelo.

Aguardé a que tomaran la comida y los seguí a una mesa sin apartar los ojos de mispies.Bebí el refresco a pequeños sorbos. Tenía un nudo en el estómago. Mike me preguntó
dos veces, con una preocupación innecesaria, cómo me encontraba. Le respondí que no eranada, pero especulé con la posibilidad de fingir un poco y escaparme a la enfermería durantela próxima clase. Ridículo. No tenía por qué huir.

Decidí permitirme una única miradita a la mesa de la familia Jeon. Si me observabacon furia, pasaría de la clase de Biología, ya que era una cobarde.Mantuve el rostro inclinado hacia el suelo y miré de reojo a través de las pestañas.Alcé levemente la cabeza.Se reían. Jungkook, Jasper y Seok Jin tenían el pelo totalmente empapado por la nieve. Alice y Rose retrocedieron cuando Seok Jin se sacudió el pelo chorreante para salpicarlas.

Disfrutaban del día nevado como los demás, aunque ellos parecían salidos de la escena de una película, y los demás no. Pero, aparte de la alegría y los juegos, algo era diferente, y no lograba identificar qué.

Estudié a Jungkook con cuidado. Decidí que su tez estaba menos pálida, tal vez un poco colorada por la pelea con bolas de nieve, y que las ojeras eran menos acusadas, pero había
algo más. Lo examinaba, intentando aislar ese cambio, sin apartar la vista de él.

- Tae, ¿a quién miras? -interrumpió Jessica, siguiendo la trayectoria de mi mirada.

En ese preciso momento, los ojos de Jungkook centellearon al encontrarse con los míos. Ladeé la cabeza para que el pelo me ocultara el rostro, aunque estuve seguro de que,cuando nuestras miradas se cruzaron, sus ojos no parecían tan duros ni hostiles como la última vez que lo vi. Simplemente tenían un punto de curiosidad y, de nuevo, cierta insatisfacción.

- Jeon Jungkook te está mirando -me murmuró Jessica al oído, y se rió.

-No parece enojado, ¿verdad? -tuve que preguntar.

-No -dijo, confusa por la pregunta-. ¿Debería estarlo?

-Creo que no soy de su agrado -le confesé. Aún me sentía mareado, por lo que apoyé la cabeza sobre el brazo.

-A los Jeon no les gusta nadie... Bueno, tampoco se fijan en nadie lo bastante para que les guste, pero te sigue mirando.

-No lo mires -susurré.

Jessica se rió con disimulo, pero desvió la vista. Alcé la cabeza lo suficiente para
cerciorarme de que lo había hecho. Estaba dispuesta a emplear la fuerza si era necesario. Mike nos interrumpió en ese momento; estaba planificando una épica batalla de nieve en el aparcamiento y nos preguntó si deseábamos participar. Jessica asintió con entusiasmo.
La forma en que miraba a Mike dejaba pocas dudas, asentiría a cualquier cosa que él sugiriera.

Me callé.

Iba a tener que esconderme en el gimnasio hasta que el aparcamiento
estuviera vacío.Me cuidé de no apartar la vista de mi propia mesa durante lo que restaba de la hora del
almuerzo. Decidí respetar el pacto que había alcanzado conmigo misma.

Asistiría a clase deBiología, ya que no parecía enfadado. Tanto me aterraba volver a sentarme a su lado que tuveunos leves retortijones de estómago.No me apetecía nada que Mike me acompañara a clase como de costumbre, ya queparecía ser el blanco predilecto de los francotiradores de bolas de nieve, pero, al llegar a lapuerta, todos, salvo yo, gimieron al unísono.

Estaba lloviendo, y el aguacero arrastrabacualquier rastro de nieve, dejando jirones de hielo en los bordes de las aceras. Me cubrí lacabeza con la capucha y escondí mi júbilo. Podría ir directamente a casa después de la clasede gimnasia.

Crepúsculo [Kookv]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora