14 (parte 1)

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– ¿Momo estás bien? – Preguntó Jihyo notando a la alfa rara.

Aún con Haerin en brazos, Momo miro la camioneta familiar irse seguida de otro auto, por un momento pudo jurar que era idéntico al auto de Mina, pero se extraño al no verla deteniéndose al menos a saludar.

– No lo sé... – Confesó perpleja. – Me siento rara.

– ¡Oh por dios! – Jihyo llevó una mano a la frente de la alfa para sentir su temperatura. – ¿Qué  es lo que sientes? – Preguntó preocupada. – ¿Escalofrío? ¿Mareos?

– No Jihyo. – Momo retiro la mano de la omega gentilmente. – Raro, como una corazonada ¿No lo viste? – Preguntó refiriéndose a los misteriosos autos de hace unos instantes.

– ¿Ver qué? – Preguntó extrañada mirando a su alrededor. – ¿Segura que estás bien?

Momo negó restándole importancia. – Nada olvídalo.

– Bueno, Haerin y yo iremos al parque un rato. – Informo. – Regreso poco antes de la comida para que cerremos juntas, no hay muchos pendientes el día de hoy, pero sabes que cualquier cosa puedes llamarme.

Momo se limitó a asentir recibiendo la información lo mejor que podía mientras seguía con mirada en el horizonte pensando sobre cómo sintió por unos segundos sus sentidos paralizarse.

– Si, está bien. – Tranquilizó. – No te preocupes, yo me encargo de todo.

Jihyo la miró orgullosa. – Muchas gracias Momo.

Pero la alfa siguió mirando al horizonte, con el leve impulso de haber querido seguir a esos autos.


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Dahyun cerro la puerta de su departamento y se sentó sobre el sillón volviendo a sentirse miserable, ni siquiera ella entendía su forma de actuar tan irracional, se supone que ver a Momo era todo lo que quería durante los últimos días y hoy que tuvo la oportunidad simplemente la dejo ir dándose la sentencia de no volver a verla.

Quería culpar a sus hormonas de las decisiones tan irracionales que tenía, pero en el fondo sabía que no era más que idiotez suya.

– Dahyun. – La voz de Sana hizo eco en el departamento. – ¿Ya estás aquí? – Preguntó apareciendo por las escaleras y visualizando a su amiga para después aliviarse de verla. – Gracias a Dios estás aquí.

Dahyun la miró acercarse a ella aún con una mirada que poseía una profunda tristeza. – ¿Qué sucede, Sana?

La mencionada rio indignada. – ¿Qué sucede? Eso quisiera saber yo, me fui con mi padre al trabajo pensando que te deje reposando como estrictamente te lo había dicho, regreso con prisa y no te encuentro por ningún lado ¿Puedo saber que sucede y por qué parece que vienes de un funeral?

Dahyun cerró los ojos mientras dejaba salir todo su aliento buscando aliviar el peso de sus decisiones. – Fui a ver a Momo. – Confesó.

– ¿Qué? – Preguntó casi en un grito. – Te dije estrictamente que no lo hicieras, no pudiste ser capaz si quiera de esperarme al amenos unas horas para que fuéramos con Nayeon y estuvieras más segura ¿Tienes idea de lo riesgoso que fue eso?

Dahyun arrugó su entrecejo sintiéndose extrañamente molesta por las palabras de su amiga. – No lo entiendes, no podía esperarlas, tenía que hacerlo...

– Tienes razón. – Cedió. – No entiendo cómo puedes ser tan ingenua Dahyun, haz cometido muchas imprudencia estás semanas y sigues haciéndolo, todo por está alfita que te alborota la hormona. – Reprochó.

𝙱𝚕𝚞𝚎 [𝙳𝚊𝚑𝚖𝚘]Where stories live. Discover now