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Nayeon nunca ambiciono tener una gran vida o luchar por un sueño, pese haber nacido en una cuna de oro, nunca quiso tener más de lo que ya poseía, no es que fuera conformista, pero le bastaba con llevar una vida tranquila, tal vez en un futuro tener una esposa e hijos, le gustaba mucho la vida de casa.

Desde que podía recordar su carácter fue siempre el mismo, uno serio y rígido. varias personas felicitaban a los Señores Im por haber criado a una "alfa de carácter digno", aunque realmente su aspecto no era uno intimidante, vaya que su forma de ser era todo lo contrario. Ella no puede recordar muchas cosas que le apasionen, no tiene grandes anécdotas ni chistes por contar, no se considera a si misma una persona interesante, simplemente "vive", cuando tenía 12 años su primer celo llegó y su loba despertó, con los años creyó que su alfa y ella serían grandes compañeras y encontraría a su alma gemela, pero no sucedió, su alfa jamás se sintió atraída por alguna omega, beta o alfa.

En el fondo creía que su alma gemela había roto su lazo con ella y esa era la razón por la que se sentía de esa manera; desconectada. Tal vez era la razón por la que su loba se encariño tanto con Dahyun, de alguna forma esa pequeña parecía querer estar cerca de ella y brindarle lo que no podía darle a otra omega, protección y cariño. Aunque no fuera el tipo de amor que su alfa buscaba, Nayeon y su loba estaban de acuerdo. Junto a Dahyun, Nayeon se sentía útil y con una razón de ser, Nayeon sería todo lo que Dahyun necesitara.

Flashback:

- Más alto Dahyun. - Gritó una divertida Nayeon de diez años. - ¡Mira como brinco!

Sin responder, Dahyun simplemente siguió riendo, tratando de seguir el ritmo de la contraria en el brincolín. - Brincas muy alto. - Dijo la pequeña.

Ambas chicas siguieron brincando y divirtiéndose en la casa de la mayor, para Dahyun no había cosa más divertida que visitar a Nayeon, era su mejor amiga, Nayeon le decía "hermana pequeña" y a ella le encantaba.

Lastimosamente las rosas pararon cuando una figura frente a ellas apareció.

- Dahyun, la reunión acabo. Ya es hora de irnos. - Pronunció Seojun, su padre.

Dahyun hizo una mueca. - Otro ratito más. - Suplicó.

- No. - Sentenció. - Vamonos ya, es hora.

- Otro ratito más. - Repitió. - Nayeon dijo que íbamos a ver una película.

El hombre endureció su quijada. - ¿Por qué no entiendes, Dahyun? Te dije que ya nos vamos. Mañana tienes que ir a la sesión de fotos, no quiero que estés con ojeras ni sueño.

- No quiero ir. - dijo en un puchero. - Quiero quedarme a jugar.

- ¡Entiende que no, Dahyun!. - Grito intimidando a ambas chicas. - ¡Estoy tan harto de que seas una niña malcriada y nunca sepas comportarte!

La pequeña omega se escogió ante el grito de su padre, incluso Nayeon sintió algo en su pechito encogerse.

- ¡¿Por qué siempre eres mala hija?!- Reclamó con un tono de voz duro. - En verdad, no lo entiendo.

Si algo malo había pasado en el día o había algo que lo molestará, Seojun sabía que la persona correcta para desquitarse era su hija, sabía que esa omega no le alzaria la voz nunca y siempre se mantendría sumisa. Después de todo, era su naturaleza.

Nayeon quiso abrazar a la menor pero algo en ella la detuvo, el miedo que sentía a ese omega y su olor que siempre desprendía, uno amargo.

- ¿Sucede algo?. - Preguntó una alfa acercándose a la menor. Era Jiyeon, la madre de Dahyn. - Ya se hace tarde.

𝙱𝚕𝚞𝚎 [𝙳𝚊𝚑𝚖𝚘]Where stories live. Discover now