Papi

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Enzo se arrepintió al instante en el que, parado en tierra firme y argentina, vio a Matias entre los brazos de su novia.

Los días que pasaron juntos habían sido idílicos, como una breve luna de miel, pero cuando el pibe dijo que debía volver a su pais todo su mundo se vino abajo dejandolo susceptible y tonto, tan tonto como para aceptar acompañarlo a Buenos Aires y quedarse con él en su casa que compartía con ella unos días.

Ahora no podía irse, tenía que poner buena cara y saludar, ser cordial, aceptar que era el tercio de una relación ajena, una especie de amante secreto, aunque no lo fuera.

Malena estaba contenta, como Matias le había dicho alguna vez, para ella sus amigos eran también los suyos y no tuvo problemas con la estadía del uruguayo en su casa.

Incómodo, pasó las primeras horas sentado en la mesa, escuchandola hablar orgullosa de los logros de Matías, el mismo orgullo que sentía él aunque no pudiera decirlo.

Malena y Matías eran un desastre según su criterio, la casa estaba muy desarreglada, habían plantas de marihuana en el balcón y un gato que se paseaba libremente entremedio de los platos durante la cena.

-y Enzito, vos...

-Enzo-la corrigió sintiendo como le latía una vena en la frente

-Enzito le digo yo-interrumpió Mati-¿no?

Enzo lo miró al segundo en que sintió su pie acariciandole la entrepierna por debajo de la mesa

-es...soy un poco insoportable con...

-la mayoría de las cosas-volvió a interrumpir Matias que se negaba a dejar de tocarlo pese a la insistencia de la mano de Enzo

-dejalo, pobre-dijo Malena, ajena a lo que sucedía-¿nos fumamos uno para relajar?

-yo te agradezco

-Enzito no fuma, es un chico bien-dijo Mati sin dejar de mirarlo-pero fuma cigarrillos, ¿mi mentolado lo tenés todavía?-preguntó fingiendo inocencia

Enzo no supo que decir, no esperaba todo ese tipo de actitudes por parte del pibe delante de la chica que parecía algo confundida

-¿que?-le preguntó logrando al fin que le sacara el pie descalzo de encima

-mi mentolado, el que me robaste

-si...

-buen chico-respondió él sonriente

Enzo se hubiese abalanzado encima de la mesa para poder besarlo en ese mismo momento, lograba desesperarlo con mucha facilidad cuando lo provocaba de ese modo, pero logró contenerse.

-bueno-dijo ella-¿fumamos nosotros entonces?

-¿estas loca?-le preguntó Matias mirandola por primera vez en la cena-Enzo se enoja conmigo, no me deja hacer esas cosas

-fua, lo tenés cortito

-lo cuido-respondió Enzo que sentía como su cuerpo parecía hervir

-bueno, debes estar cansado, te preparo el cuarto de invitados-dijo ella poniéndose de pie

-no te preocupes, yo puedo...

-na,no me jode, ya vengo

Malena se fue por un pasillo largo y Enzo lo miró con furia

-¿podes parar? ¿que querés que se de cuenta?-le preguntó en voz muy baja

-¿que se de cuenta de qué?-preguntó Mati, mordisqueandose el labio inferior

-me voy a un hotel

-¿sos loco? te quedas en mi casita

-estoy muy incómodo Matías

-yo estoy contento ¿querés ver mi pieza?

-no, no me interesa ver dónde te la coges

-ah dale, tengo cuadritos y fotos, te van a gustar

Enzo nunca tenía voluntad si de Matías se trataba, asi que queriendo decir no, dijo que si, y allí fueron.

Le mostró sus fotos y adornos orgulloso, como si fuera un nene mostrando sus juguetes

-quedate acá, dale, ella se va siempre,no esta mucho y vamos a estar solos-le dijo antes de besarle la mejilla

Enzo tenia un cuadrito entre sus manos y lo miró, sabía lo tortuoso que sería quedarse con ellos, le iba a doler, pero haría lo que sea por pasar mucho tiempo a su lado.

●●●

La madrugada lo encontró despierto, mirando el techo.
el departamento de Matías estaba justo encima de una avenida y los autos no le permitían dormir.

En algún momento escuchó pasos detrás de su puerta y la misma se abrió,apareciendo Matias por ella.
vestía solamente ropa interior al igual que él y Enzo no tuvo que pensar mucho para saber lo que estaba por pasar.

-¿no podes dormir?

-no,mucho ruido

-si, pobrecito

con la agilidad de siempre llegó hasta la cama no sin antes cerrar la puerta y se sentó encima suyo, corriendo las sábanas primero

-¿que haces?-le preguntó Enzo a medio sentarse con la espalda desnuda pegada a la pared

-te vine a dar besitos-le dijo él, inclinandose para efectivamente besarle el cuello

-no, va a escuchar...

-está re dormida

Empezaron a besarse sin hacer ruido y a frotarse entre sí.
Enzo tenía sus dos manos sobre su culo, moviendolo a un ritmo más acelerado, sintiendo como su miembro chocaba con el suyo, los dos tan duros que era doloroso.

-mira como me la pones, pendejo forro-le susurró sobre los labios para luego morderselos con ganas

-sos un pajero vos-respondió él, moviéndose más rápido, aferrado a los hombros contrarios

-me vas a matar, pendejo

Mati bajó una mano y liberó el pene de ambos, haciendo que su piel choque furiosa contra la de su hombre

-¿papi está caliente?-preguntó bajando hasta su cuello dónde le dejó un chupón bordo

Enzo sintió como un cable eléctrico atravesando su cuerpo entero, nunca lo habían llamado de esa forma

-¿como me dijiste?-le preguntó tomandolo del pelo para que lo mire

-papi

-decimelo de nuevo

-papi, papi,papi

Totalmente excitado por ese nuevo apodo que le había puesto se mordió los labios con deseo y volvió a besarlo con violencia mientras Matias juntaba sus miembros y los masturbaba rápido.
Enzo escupió sobre sus dedos y volvió a apoyarle las manos sobre el culo pero esta vez dentro del boxer.
apoyó sus dedos en la entrada y le dio algunos giros delicados antes de meterlos lento.

Matias gimio contra su hombro y se acomodó al sentir como esos dedos entraban y salían de él con facilidad, aumentando el ritmo

-¿te gusta?-le preguntó sin dejar de moverlos-¿sentís mis dedos ahi adentro?

Matias movió la cabeza en señal de afirmación mientras los dedos de Enzo llegaban tan profundo que le temblaban las piernas.

Siguieron asi durante algunos minutos más y entonces cambiaron de posición.
Matias, boca abajo, mordia la almohada para no gritar mientras Enzo lo penetraba lento y le besaba la espalda

-me tenés loco, pendejo-le dijo mientras lo embestida con fuerza y sostenía la cama que no dejaba de golpear la pared

Aquélla noche hicieron el amor en silencio y se separaron casi inmediatamente al terminar, ninguno de los dos quería dejar en evidencia que no podían despegarse, aunque el secreto que compartían estaba por ser descubierto pronto.

Mirando el fuego: 𝐞𝐧𝐳𝐨 𝐱 𝐦𝐚𝐭𝐢𝐚𝐬Where stories live. Discover now