Dos días en la vida

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El aroma a café penetraba su nariz con una intensidad tan grande que lo conducía directamente y por alguna razón, a su infancia.

Hacía ya dos días que se quedaba con Enzo y todo estaba demasiado bien para parecer real, se había sentido mal por haberlo lastimado tanto pero intentaba redimirse, intentaba ser suave para él, disfrutar todo el tiempo que tuvieran a solas.

Aquélla mañana había despertado antes y decidió prepararle el desayuno: café, jugo, tostadas, lo que sea que encontró en la cocina.

Puso todo en una bandeja y lo llevó hasta el cuarto.
Enzo aún dormía y él lo miró, sentía algo creciendo en el pecho cada vez que lo veía, no entendía del todo de que se trataba pero no le disgustaba en lo absoluto.

Dejó la bandeja sobre la mesa de luz y se inclinó sobre él, despertandolo con besos delicados sobre la cara.

Enzo, que desde hacía dos días se sentía tan en paz de poder dormir con él entre sus brazos, abrió los ojos y sonrío, la cara a veces le dolía de tanto sonreír.

-epa, ¿te caiste de la cama?-preguntó sentándose y apoyándose en el respaldo, mirando el desayuno

-encima que hago algo para vos, no valoras nada-respondió él ya sentado sobre las mantas

Enzo le acarició la cara y tomó la bandeja poniéndola entre los dos, empezando a desayunar juntos.
Notó que Matias había puesto un pequeño florero con unas flores blancas en él, al final de cuentas él no era el único romántico.
Tomó una de las flores, la más pequeña, y la acomodó detrás de la oreja derecha de Matías.

-que lindo te quedan las flores-dijo embobado. se estiró hasta la mesita dónde había dejado cargando su celular la noche anterior y le sacó una foto mientras Matias posaba para él-ahora la voy a usar como fondo de todo

-que cursi sos, Enzito

-pero te gusta ¿no?

-si, y no soy el único, la cantidad de pendejas en celo por vos es increíble-se quejó mirando su propio celular. La película se había estrenado y la popularidad de todos crecía cada dia más, con algo de celos él revisaba las redes de Enzo y leía todo tipo de comentarios que lo volvían algo inseguro

-por vos también, ¿que te haces?-le preguntó dando el primer sorbo de café

-si ¿no?-preguntó él sonriendo

-que pendejo que le gusta gustar

-me gusta gustarte a vos

-a mi me encantas

Mati intentó acercarse con cuidado sobre la bandeja de desayuno para besarlo, pero Enzo se lo evitó

-no, no

-bue

-me voy a bañar, pibe, capaz allá en tu país no se estila pero...

-anda a cagar, Enzo

-¿que me decís Enzo?-preguntó terminando su café

-es tu nombre

-los grandes me llaman asi,los nenes como vos me dicen Enzito

-¿que nenes, pedazo de forro?

-¿no puedo tener otros nenes?

-no deberías ni preguntar, más infiel no hay-dijo amagando a levantarse. Enzo lo agarró de un brazo y corriendo la bandeja casi vacia, lo sentó en sus piernas

-para ser infiel deberiamos ser algo,¿no?-le preguntó mirandolo mientras hundía su rostro entre el marco de la mandíbula y su hombro

-¿querés que sea tu novio para serme infiel? terrible, se debe "estilar"-dijo haciendole burla-la infidelidad acá, en tu país

Mirando el fuego: 𝐞𝐧𝐳𝐨 𝐱 𝐦𝐚𝐭𝐢𝐚𝐬Where stories live. Discover now