Mati era muchas cosas, de muchas formas distintas, pero con Enzo no podía evitar ser mimoso, y ser tan joven y mimoso podía meterlos en problemas.
Cada vez era más difícil evitar que quisiera algo de atención sin importar el sitio en el que estaban, incluyendo todos esos lugares en común con los demás actores.
Enzo lo disfrutaba, disfrutaba su cercanía y su tacto, cada uno de sus besos o el intento de ellos, pero conservaba aún un dejo de consciencia, debía hacerlo, de lo contrario iba a caer más profundo de lo que ya lo había hecho.
-para,nene-le pidió riendo. Matías lo había acorralado justo detrás de la pared lateral de uno de los motorhomes; lo llenaba de besos en el intento real que no era más que besarlo en los labios.
-¿no te gustan más mis besos?-le preguntó alejándose algunos centímetros, poniendo esa carita de cachorro mojado que al parecer Enzo había descubierto y ya era algo así como su debilidad personal
Él sonrío, apoyó sus manos en las mejillas contrarias y las acarició con los dedos pulgares
-no me pongas esa carita qué...
-¿qué?-preguntó él volviendo a acercarse
-basta
-¿que pasa si te pongo esta carita, eh?
-como te gusta provocar
-y a vos como te gusta dejar las frases inconclusas
-a mi me gustas vos
-besame entonces
-¿querés que nos vean?
-¿qué me importa si nos ven?
La provocación del pendejo lo estaba volviendo loco, pero tenía que ser fuerte, suponía que en realidad no pasaría nada si alguien los veía pero ¿para que arriesgarse?
-volvamos que ya casi terminamos de filmar, dale
-sos un aburrido
-lo soy
Dieron algunos pasos sobre la nieve y al volver al set se encontraron con Blas, sumergido en la lectura del guión, y parecía bastante consternado.
-Enzo ¿me ayudas con esto? no puedo entrar en papel, tengo como un bloqueo-pidió el de rulos, no parecía haberse dado cuenta de nada
-si nene ahí voy-respondió Enzo, y mirando a Matias, agregó -veni a verme hoy ¿si?
El mayor se fue tan rápido con Blas que no llegó a darse cuenta de lo mucho que había cambiado la cara de Matías.
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Por la noche y luego de cenar, tal y como se le pidió, Matías se escabullo a su cuarto, sin embargo nada de lo que Enzo esperaba que pasaría estaba pasando realmente.
lo tenía allí, sentado en su cama, de brazos cruzados.
Al principio había pensado que era un juego, pero no parecía serlo en lo absoluto.
-¿me decis que te pasa?-preguntó sentándose a su lado, lo estaba poniendo nervioso y no entendía nada, porque no aprovechaba el tiempo a solas después de tantas horas sin poder hacerlo
-no-respondió él sin mirarlo
-bueno
-¿que me decís bueno? tarado
-no me insultes
-tarado-repitió mirandolo a los ojos
-Matias, ¿que te pasa?
-¿estás con Blas?-preguntó finalmente. había estado masticando ese pensamiento todo el día.
Enzo fruncio el ceño confundido, cada vez entendía menos
