Después de que esa persona se fuera de su vida estaba sola.
Pasó toda su adolescencia con ese hecho, y es que su condición la obligaba a no entablar relaciones tan íntimas, haciendo que esa soledad creciera hasta hacerla una chica fría y dura ante...
Esa última escena me inquietó de sobre manera. ¡Edward iba a matar a Isabella! ¡No se podría contener!
Había estado notando todo el tiempo la mirada inquisidora de Rosalie, pero la ignoraba en todo momento, al igual que ahora. Me levanté del sofá y volví a coger el teléfono fijo, esta vez llamando a otra persona
A la primera llamada no me cogió.
Volví a ver cómo Edward chupaba de la Swan
La segunda llamada tampoco me la cogió.
Vi como Edward conseguía controlarse y soltar a Isabella
Entonces a la tercera llamada me respondieron
─ ¡Alice!
─ ¡Gala!
─ ¿¡Cómo está Isabella!?
─ Bien ─ suspiró ─ Han habido complicaciones, pero está bien, solo...
─ ¿Solo? ─ la incité a seguir
─ Solo está desmayada y con una pierna rota
─ ¿¡Solo!? ─ pregunté alzando la voz.
─ Tranquila Gala. James ya está muerto, llevaremos a Bella al hospital ¿Sí? Tranquilízate y despreocúpate, ya terminó todo.
No me dejó responder, pues ella misma cortó la llamada.
Miré a Rosalie ya más tranquila
─ ¿Lo has escuchado? ─ le pregunté.
Rosalie me asintió completamente seria.
─ Gala...¿Como has sabido que Bella se habia marchado?
Miré a la rubia sin moverme del sitio y con los labios apretados.
─ Me voy a mí habitación.
Ignorando su pregunta, ignorando su gesto contraído e ignorando todo lo que había pasado me marché del salón.
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Un tiempo después estaba en el coche de Charlie camino hacia el hospital donde se encontraba Isabella.
Carlisle me había llamado contándome la mentira que contaríamos a todo el mundo: Edward y él habían ido hasta donde estaba Isabella para convencerla de volver a Forks. Isabella, en el hotel de ellos, se tropezó en la escalera, rompiéndose la pierna al caer por ellas y atravesando una ventana.
Eso le conté a Charlie y lo mismo le contó el Sheriff a su exmujer.
Llevábamos ya el tiempo suficiente en el coche como para haber llegado al hospital. Aparcó y salimos del coche a paso apresurado.
En la sala de espera nos encontramos a Carlisle, nuestros ojos se unieron y tuve la necesidad de correr a esconderme entre sus brazos, pero me contuve por la presencia de Charlie
─ Jefe Swan, Gala ─ saludó Carlisle tranquilamente
─ Doctor Cullen ¿Cómo está mi hija?
─ Bien, ya salió del quirófano. Ahora es esperar a que se despierte.─ Charlie suspiró mas tranquilo al escuchar al Cullen
─ ¿Y Edward? ─ pregunté
─ Durmiendo en el sofá junto a Bella, no ha querido alejarse de ella. ─ respondió mirandome, luego miró al sheriff ─ Su madre está con ella ahora.
Charlie agradeció la información y se separó de nosotros queriendo ver a su hija. Cuando los dos nos quedamos a solas fue que pude abrazarlo con fuerza.
─ Todo a ido bien, cariño ─ me dijo con voz dulce ─ Ya puedes respirar tranquila, Bella está bien ─ me dio un beso en la coronilla
─ ¿Como está Edward? ─ pregunté aún abrazándolo ─ Conociéndolo...se sentirá culpable de todo esto
Carlisle suspiró apretando el abrazo para después separarnos suavemente
─ Quiere separarse de Bella, pero sabiendo cómo es ella no lo logrará.
Nos quedamos en el hospital hasta que le dieron el alta a Isabella.
Cuando salió de la habitación en silla de ruedas y supo que yo también estaba allí se sorprendió, pues yo no había entrado a ver como estaba.
Pero lo que nadie se esperaba era que Isabella alzara los brazos al aire pidiéndome un abrazo, abrazo que correspondí sorprendida.
Ahora estábamos de vuelta a Forks, haciendo de nuevo el largo camino hasta casa, pero en vez de ir con Charlie, iba en el coche de Carlisle. El rubio estaba conduciendo, yo de copiloto viendo el paisaje y Edward detrás mía metido en sus pensamientos.
Todo estaba en un ambiente cómodo: la radio con música puesta, el traqueteo del coche por la carretera...pero entonces Carlisle suspiró y apagó de golpe la música, le miré interrogante.
─ Gala...─ me llamó apretando el volante ─ ¿Cómo has sabido que Bella se había ido?
No me esperé su repentina pregunta, me tensé levemente a la vez que veia como Edward se acomodaba para poder mirarme.
─ ¿Qué? ─ fue lo único que pude decir.
Edward resopló inconforme y Carlisle sonrió para mostrarme que no pasaba nada.
─ Rosalie me ha llamado contándome lo que habia pasado. Estabais las dos en tu habitación, Gala. ¿Cómo es posible que lo supieras?
Entonces supe que ya no podía esconder ese secreto, uno de tantos.
─ Lo hablamos en estar todos. ─ zanjé la conversación completamente seria volviendo a mirar a la ventana
