Sempiterno || °Carlisle Cullen°

33

Desde la charla con Carlisle ya habían pasado dos días.

No recuerdo muy bien que pasó al terminar de hablar, nos quedamos en silencio abrazándonos y después me desperté en mi cama. Supuse que me quedé durmiendo y Carlisle me llevó a mi habitación.

El 1 de enero lo pasé con Charlie también, me despertó al mediodía para ir a desayunar a la misma cafetería que acostumbramos, y como siempre, terminamos el día viendo una película en su casa.

El 2 pasé el día entero con Seth, Sue lo había traído a mi casa y estuvimos jugando en todo momento, ya fuese juegos de mesa que se había traído o en el bosque al escondite. Por la trade me pidió chocolate caliente, así que juntos lo hicimos y nos lo tomamos viendo "El Grinch"

Y hoy, 3 de enero, le había pedido a todos tiempo para mí.

Hoy era un día que era de todo menos bonito.

Hoy era dia de recordar.

Fui a mi habitación. Las cortinas no estaban corridas, así impidiendo el paso a la luz del día, aunque algunos rayos se colaban, dándole un ambiente triste a la alcoba.

"O será cosa mía..." Pensé sin ganas.

Me senté en la cama y suspirado me digné a mirar el cuadro encima de mi mesita, lo cogí y la miré directamente

Mis ojos dieron con su rostro, ojos negros, nariz puntiaguda, sonrisa brillante con labios gruesos, pómulos alzados, pelo castaño y piel morena.

Era preciosa.

Vi como una gota de agua caía sobre el cuadro. Me toqué la cara viendo cómo estaba llorando sin haberme dado cuenta.

Pero de todos modos sonreí, porque la sonrisa de ella me lo causaba

─ Se te ve tan contenta...─ Dije en un susurro doloroso.

La tarde la pasé llorando, y sabía que mañana sería lo mismo o incluso más.

"Tendrías que haber desistido de mí."

"Para qué tenerme si ibas a morir"

"Tendrías que haberle hecho caso a Él."

"Aladar no siguió tu último deseo"

"Me hubiera gustado conocerte"

"Siento haberte hecho pasar tanto dolor"

"Mira como es mi vida mamá, tendrías que estar tú viva y yo no."

"Tú estarías contenta y vivaz como en la foto, y yo...yo...aún ni acepto a mi compañero "

"Mamá, ojalá estuvieras a mi lado. Que al menos Él estuviera aquí"

"Él...¿Qué estaría haciendo Aladar ahora? "

"¿Estará llorandote? "

"¿Estará recordándote?"

Mis pensamientos podrían seguir así por el resto del día mientras estoy tumbada en mi cama llorando y abrazando un cuadro.

Pero el timbre de casa sonó. Por suerte lo había cambiado y ya no era tan estridente, pero de todos modos interrumpió el silencio de mi casa.

Lo ignoré, le pedí a todos que hoy y mañana quería tiempo para mi misma, así que tendría que ser el cartero o cualquier otra persona.