2.

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Carlisle y yo llegamos a mi casa en silencio, y así seguimos hasta que nos tumbamos en la cama con el pijama puesto.

─ Los chicos se han molestado ¿verdad? ─ Pregunté apenada acurrucándome en su pecho

─ Un poco, sobre todo Edward y Rosalie. Esos dos te tienen mucho aprecio.

>> Algo que nos ha sorprendido a todos. Edward suele ser un poco prepotente y Rosalie le tiene un poco de tirria a los humanos. Pero tú has conseguido calar en sus corazones.

Me dijo con voz calmada acariciándome el pelo. Sonreí levemente mientras me quedaba dormida.

Entonces Carlisle me separó levemente de su cuerpo y sentí algo frío en mi muñeca izquierda.

Abrí los ojos y vi como me había puesto la pulsera familiar.

─ Carlisle...─ Me senté en la cama viéndolo. El me miraba con una dulce sonrisa.

─ Gala, quiero que entiendas que te queremos como eres ahora, no como en el pasado. Ya nos contarás todo. Pero te queremos a nuestro lado, te quiero conmigo cariño, y para nosotros este emblema significa esa unión. Acéptalo por favor

Carlisle esperó pacientemente mientras acunaba mis mejillas en sus manos. Le sonreí y asentí levemente.

No os quería cerca, ni a tí ni a tu familia, pero ahora...─ suspiré volviendo a mirarle encantada ─ ahora yo también quiero estar a vuestro lado ─ Le dije acercándome para besarlo.

Nos separamos para después volver a besarnos, Carlisle me tumbó suavemente mientras se ponía sobre mi, acarició mis mejillas y colocó su mano en mi nuca y la otra en la cintura, acercándonos más y profundizando el beso. Unos segundos después nos separamos y apoyamos nuestras frentes manteniendo los ojos cerrados

─ Te quiero, Gala ─ Me dijo separándose poco a poco.

Le miré con una dulce sonrisa viéndole tumbarse a mi lado, me acurruqué en sus brazos dándole de nuevo un suave beso.

─ Yo también te quiero, Carlisle ─ Confesé sintiendo mi corazón lleno y caliente.

Esa noche dormí tranquila y sin ningún problema entre los brazos de Carlisle, mientras él me acariciaba con dulzura.

Desperté con una nota en la nevera de Carlisle diciendome que se había ido a trabajar y que me había hecho el desayuno

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Desperté con una nota en la nevera de Carlisle diciendome que se había ido a trabajar y que me había hecho el desayuno.

Llegué al instituto y aparqué al lado de una furgoneta naranja.

"Isabella ya está aquí" Pensé

Tenía cierta curiosidad por esa chica.

Los Cullen también estaban ya, pero no estaban en el aparcamiento.

Las clases fueron pasando y las que compartía con alguno de los chicos se nos notaba un poco incómodos, sobre todo Rosalie, que por los pasillos me lanzaba cuchillos con los ojos.

Sempiterno || °Carlisle Cullen° Donde viven las historias. Descúbrelo ahora